ARENA POLÍTICA

A CONSULTA EL CUBRE BOCAS DE OBRADOR

Por: Mario CASTELLANOS ALCÁZAR


Si se sometiera a consulta popular el uso de cubre bocas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sin duda, que la respuesta sería, que sí debiera usarlo, luego de su contagio del COVID- 19, que lo mantuvo aislado durante 15 días con la debida atención médica.

Por supuesto que ya fue dado de alta- y nuevamente regresó a sus actividades que tienen que ver con la presidencia, por cierto, optimista, de que ya pasó la crisis de su salud- y luego de agradecer el apoyo moral que gran parte de los mexicanos y Jefes de Estado le brindaron para su alivió, dio la sorpresa, que no usará el cubre bocas, y por tanto, continuará con el mismo ritmo acelerado en sus giras por la república mexicana.

Que fortaleza, o que dureza consigo mismo, pero también, que aberración de ser el mismo de antes de ser contagiado por el virus, que por naturaleza humana y respeto a los mexicanos debiera poner el ejemplo, usando el cubre bocas en todas sus actividades políticas, pero no es así, lo que, por cierto, está despertando suspicacias porque no puede pregonar con el ejemplo-

Tampoco anunció nuevas medidas o protocolos de seguridad sanitaria para disminuir el contagio del COVID- 19, en México, que va en aumento, sin embargo, reiteró, que el uso de cubre bocas es voluntario, y no se impone en contra de la voluntad de los mexicanos, a la vez, advirtió que en este país no existe el autoritarismo para obligar a la gente que use el cubre bocas.

No hay nada nuevo, incluso, incita a la gente a que salga a trabajar porque no se puede estar encerrado, por lo que todos tenemos que trabajar.

Yo me contagie, dijo, porque ando trabajando, no puedo estar encerrado, sin embargo- nunca uso el cubre bocas en sus giras de trabajo en las entidades del país, no obstante, reiterar que cumple con la sana distancia, pero no se ve así, porque, sí llama la atención de la gente que quieren saludarlo, estrechar su mano, incluso hasta abrazarlo- y muchos de sus admiradores, también, ya se olvidan del cubre bocas, ahí, está el ejemplo, precisamente.

Es el presidente- y se le guarda respeto institucional, pero luego, de su contagio, que puso en apuros a mucha gente, a funcionarios, gobernadores, asistentes, políticos y los servidores de su mismo gabinete con los que tiene contacto, que pudieron haberse contagiado- muchos se hicieron las pruebas, afortunadamente salieron negativos, pero sí, prendió el pánico, por lo que debe adoptar nuevas medidas de prevención en su salud y la salud de los mexicanos.

El sub Secretario de Promoción y Prevención de la Salud del Gobierno Federal, Hugo López Gatell ha reiterado, que luego de un contagió e incluso de ser vacunado, el paciente debe seguir utilizando el cubre bocas y asimismo cumplir con todos los protocolos de seguridad sanitaria, pero, el presidente dijo que no, que aprecia mucho a Gatell y lo reconoce por su gran capacidad y por la “buena conducción de la pandemia”, pero el no, y no, cederá a las recomendaciones.

En sí, el presidente Obrador, a partir de esta fecha debería de adoptar nuevas estrategias para su seguridad personal en su salud y en sus actividades políticas sobre todo en sus giras por el país, desde su logística, sus guardias, su programación, su estancia en los lugares que visita, así, como reprogramar sus funciones. Y por supuesto ya no viajar en vuelos comerciales.

Más que todo cuidar su salud, luego de su contagio del COVID- 19 ante las secuelas persistentes y sus comorbilidades, como son, su hipertensión arterial y su padecimiento del corazón, incluso ya tiene una operación cardiaca, entre otras, propias de su edad- 68 años, pues ya no está para tanto ajetreo, o para ser el hombre orquesta, sino que debiera delegar funciones a los funcionarios de su gabinete- paralizado por cierto, para que estos desempeñen el trabajo que les corresponde, esto para evitar el centralismo y el todo yo.

Sin embargo, el presidente es el mismo, solo el, nadie más, ni escucha, ni atiende sugerencias de sus asesores, es un tipo implacable, y prefiere morir en la raya, antes de rendirse o modificar sus planes de trabajo, sus proyectos, no de ahora, sino de siempre, así, ha sido, terco y con optimismo.

Retroceder a sus proyectos, programas y planes es dar marcha atrás a su personalidad, ya no sería López Obrador, ya no sería el presidente omnímodo, ni el combatiente de la corrupción, ni el capitán de la Cuarta Transformación de México. Haber hasta donde aguanta

carloscastellanos52@hotmail.com.

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