ARENA POLÍTICA

Cortesía https://www.google.com/

EL PERDON DEL ASESINATO DE COLOSIO

Por: Mario Castellanos Alcázar


Pero no el perdón a la actual violencia, a la inseguridad, la corrupción y al abuso del poder, que aún existe en el territorio mexicano.

Luis Donaldo Colosio Riojas, otorgó el perdón por el asesinato de su padre, Luis Donaldo Colosio Murrieta, sucedido el 23 de marzo del año 1994, en Lomas Taurinas, Tijuana, Baja California, después de 27 años del crimen, siendo candidato a la presidencia de México postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“Perdono a los cobardes que me arrebataron a mi padre, haciendo hasta lo inimaginable con tal de sacar a Colosio de la contienda electoral, perdono al asesino, a las instituciones políticas que han usurpado el nombre de mi padre y se han beneficiado con él, perdono al sistema judicial, que lejos de ayudar en procurar la impartición de la justicia se empeñó en destruir toda la posibilidad de hacer justicia a un crimen nacional”. Se habla de un crimen de Estado.


Declaraciones hechas por su hijo, Colosio Riojas, en una visita que realizó a Lomas Taurinas con motivo del natalicio de su padre- el 10 de febrero del año 1950, que le recordó tan crudo crimen, cuando Murrieta, tiraba la historia de los gobiernos neoliberales e iniciaría una transformación de México, contra las desigualdades, la fatal violencia y la corrupción del viejo sistema político mexicano.

Otroras tiempos de una grave crisis política, económica y social por la que atravesaba el país, que en realidad necesita un cambio para abatir la pobreza, la marginación y la explotación de los bienes y servicios de la nación mexicana en manos de un poder gubernamental corrupto que duró 36 años en un sistema de gobierno neoliberal, que tenía a los mexicanos al borde de las injusticias.

Colosio Riojas, un joven, que ahora, como candidato a la alcaldía de Monterrey por el Partido Movimiento Ciudadano (PMC) va con el espíritu de su padre, por la participación democrática, la extinción de las desigualdades sociales, igual, por el combate a la corrupción, la impartición justa y equitativa de la justicia y lo relacionado por mejores condiciones de vida.

Porque bien, dijo, “que no perdona que miles de familias mexicanas sufran diariamente la pérdida de un padre, de una madre, de un hijo, de una hija, de un cónyuge o cualquier ser querido, víctimas de la violencia que azota a nuestras tierras. No perdono que en México continuemos permitiendo que tantas familias padezcan lo mismo, que ha sufrido la mía”.

Lo mismo, que criticó al actual sistema de salud tan indigno, que, dejó morir a los mexicanos y a sus familiares, que perdieron la esperanza de mejor atención médica, como puede ser en el caso de la pandemia del COVID- 19, así, como a la violencia y a la corrupción, que no tiene freno, Dijo, esto, como eco a la vitalidad de su padre, Donaldo Colosio Murrieta, quien fuera acribillado con arma de fuego, un tiro en la cabeza y otro en el abdomen, en el trayecto de su campaña política electoral a la presidencia de México en Lomas Taurinas, luego de un mitin en un templete improvisado, mismo que fue cambiado de momento por cuestiones de logística- y presuntamente, se habla de un complot dentro del mismo PRI por situaciones políticas circunstanciales.

Dentro de su equipo de campaña figuraban viejos priistas, que guardaron silencio, entre estos, el Oaxaqueño, José Murat Casab, hoy
presidente de la Fundación Colosio y Ernesto Zedillo Ponce de León, quien sucedió en la candidatura a Colosio, y llegó a la presidencia de México en un sistema político muy agotado, en el umbral de su debacle, como fue, no a guanto más, y por supuesto, que esta camada entregó el poder, seis años después, al Partido Acción Nacional, el PAN, con Vicente Fox.

Lugo, Zedillo, intervino e hizo a Murat Casab, Gobernador de Oaxaca, ante la amenaza de este, que, de no ser postulado por el PRI, tiraría la camiseta priista y se registraría como candidato a la gubernatura por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), por lo que tuvieron que negociar para evitar un escándalo político partidista.

Y como dijo, el hijo de Donaldo Colosio, que hay instituciones políticas que han usurpado el nombre de su padre y se han beneficiado de él, incluso hasta hoy, el PRI tiene como referente a Donaldo, pero los tiempos son otros.

El PRI ha sido rebasado y sepultado por una nueva generación de políticos en poder de la Cuarta Transformación de México, que significa un cambio radical, de lo que pudo haber hecho su padre, solo con el intento de separar al PRI del Gobierno.

Es que el PRI, de los tiempos neoliberales, principalmente en el mandato del presidente Carlos Salinas de Gortari, no respondió a las expectativas del momento. Ya lo decía Colosio Murrieta en su campaña electoral, “nos avergüenza advertir que no fuimos sensibles a los reclamos de las comunidades, que no tuvimos a la altura de sus aspiraciones, a los cambios y transformaciones, pero más que todo, advertía la independencia del PRI con el gobierno.

Todo esto se resume en el discurso de Luis Donaldo Colosio Murrieta, del 6 de marzo del año 1994 en el aniversario del PRI, días antes de su asesinato, cuando rompió con el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari y planteó la revaluación de la política neoliberal: “Veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y progreso. Veo un México de hambre y sed de justicia.

Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. Veo un México de mujeres y hombres afligidos por el abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”.

Dichos pronunciamientos calaron hondo en el espíritu del sistema neoliberal, cuyo eje, era entonces, el presidente Salinas de Gortari, pero todo parecía que el destino de Colosio estaba fraguado, luego, según investigaciones periodísticas, desde la presidencia ya se ventilaba la exigencia de la renuncia de Colosio a la candidatura al Gobierno Federal, pero todo quedó ahí, luego vino su asesinato, atribuido a Mario Aburto como autor intelectual y material, el único.

Por supuesto que en la integración de la averiguación y en el curso de las investigaciones hubo muchas alteraciones, inconsistencias, errores, fallas y acomodos, de manera, que ya no había más implicados, y que el único, era Mario Aburto, por lo que sin más ni menos, el caso se cerró en el año 2000, y todo quedó en el sótano de la corrupción.

La respuesta de los mexicanos es de duda e incertidumbre.


carloscastellanos52@hotmail.com

Entradas relacionadas