ARENA POLITICA

Mario CASTELLANOS ALCAZAR

EL PRI Y SUS SECTORES EN LA PENUMBRA.

Políticamente el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en Oaxaca, no tiene signos de vida partidista, por lo que es letra muerta y nula participación en las elecciones del año 2021; no tiene cuadros políticos, ni fuerza territorial y más bien está al garete, sin expectativas de renovación, ni reestructuración o refundación, esto, porque la dirigencia estatal del tricolor no tiene un programa ni plataforma política.
En Oaxaca, este partido, no tiene visos de superación, es más de lo mismo, la misma corrupción, los mismos métodos y procedimientos de antaño, con una dirigencia estatal sin perspectivas; para colmo, el primer priista, en este caso el gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, no hace nada para sacar al PRI del marasmo en que se encuentra, luego de la derrota de este partido en la elección federal del año 2018.
El gobierno estatal está más metido en el proyecto de nación del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de quien es su alfil, para mantenerse en el poder ante los graves problemas sociales, políticos y económicos, que se le vienen encima con una ola imparable de violencia y, por tanto, se ha olvidado del viejo PRI que lo llevó al poder.
Por su parte el presidente del Comité Estatal del PRI en Oaxaca, Jorge González Ilescas, está en la misma tesitura; dejó morir al otrora partido de las mayorías y por consiguiente tácitamente botó la camiseta y por supuesto que mantiene a un PRI descalabrado, sin cuadros políticos ni representantes populares, más que cinco diputados locales plurinominales y uno de mayoría relativa y a nivel federal perdió los 10 distritos, todos los diputados son del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Es decir, en la entidad oaxaqueña, no hay bríos para levantar al PRI de su tumba, ni el mismo gobierno estatal, no quiere saber nada del muerto, así, por lo consiguiente, los sectores que en tiempos pasados fueron los pilares fuertes del tricolor, principalmente, la Confederación Nacional Campesina (CNC), la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y la Confederación de Trabajadores de México, (CTM), están en el cementerio.
Incluso a nivel nacional, el PRI y sus sectores, no están funcionando, pues prácticamente han muerto por inanición, ni siquiera, el actual presidente del Comité Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, electo a panzazos, después de la derrota del tricolor en la elección del uno de julio del año 2018, ha logrado repuntar en lo mínimo a este organismo político.
A nivel estatal y nacional, el PRI, está dividido y acéfalo, sin la presidencia de México, debido a los fuertes intereses políticos, sociales y económicos. Sus protagonistas que permanecieron en el poder, por décadas, por el tiempo de imperó el neoliberalismo, ya no quieren saber nada de la vida del partido, sin poder, eso sí, se avecina una lucha descarnada, ahora, por la disputa de las diputaciones y senadurías plurinominales, porque de mayoría relativa les será muy difícil, casi imposible.
En Oaxaca, la situación es difícil, así, los sectores del Revolucionario Institucional: CNC y CNOP, están en la penumbra, sin dirigentes legales ni representación jurídica, por consiguiente el encargado de la organización de los campesinos, Amando Bohórquez Reyes, al no ser reconocido por el campesinado oaxaqueño, no tiene el respaldo del gobierno estatal ni de la dirigencia nacional cenecista, hasta, ser ratificado en un congreso en el que participen los representantes seccionales, distritales y municipales, que son los cuadros que integran a la Confederación Nacional Campesina.
Así, la CNC, está en completa descomposición política y social, esto, por la imposición de sus dirigentes a modo de los intereses de los grupos en el poder, que han utilizado a los campesinos como trampolín político para ocupar los puestos de elección popular: diputaciones senadurías y presidentes municipales, es decir, es un laboratorio de fraudes electorales y por supuesto que los jornaleros agrícolas son un parapeto de los protagonistas en el poder.
En la misma corrupción se encuentra María del Carmen Ricárdez Vela, dirigente estatal de CNOP, otro sector disecado por la falta de trabajo político de su dirigente fantasma, que no se ve, ni se sabe de sus funciones, dolida, porque el PRI no la favoreció con una diputación plurinominal.
Eso sí, botó la dirigencia estatal de la CNOP en Oaxaca, por un cargo menor en el Comité Nacional de la CNOP, en busca de una nueva posesión política electoral, pero que lastima, que lo hace en tiempos aciagos y profunda decadencia del PRI.
carloscastellanos52@hotmail.com

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