ARENA POLÍTICA

CAMBIOS EN EL GABINETE DE MURAT.

Mario CASTELLANOS ALCAZAR

En política, lo esencial es mejorar cualitativamente la administración pública de un gobierno, por lo que, los gobernantes echan mano de los mejores elementos, que, en su calidad de servidores públicos, conocidos como funcionarios, le sirvan al pueblo con honestidad, honradez y entrega de sus mejores dotes y calidad humana.

De otra manera, sería llegar al poder para servirse del mismo, ocultando su verdadera personalidad y carencia de vocación de servicio a los gobernados que por naturaleza humana exigen un mejor trato y solución de los graves problemas políticos, económicos y sociales, que se agudizan en una sociedad tan compleja, ante las desigualdades sociales.

Es decir, a la administración pública deben llegar los mejores hombres o mujeres, desde el punto de vista de la equidad de género, con un código de ética en la mano y sabedores de su responsabilidad para entregarse al servicio público, anteponiendo los intereses de la colectividad por encima de todo interés personal, sectario o partidista.

Esto, debió imperar en el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa (PRI), en el preciso momento de hacer sus cambios o enroques de los servidores públicos de su gabinete, en esta ocasión, seguramente para cerrar su proyecto de gobierno que terminará en el año 2022- y por supuesto, que a más de la mitad de su administración, está ocupado en salir adelante o quedarse atorado por la falta de visión, en el último de los casos, porque tampoco podemos decir que todo va viento en popa, sí consideramos que en todo gobierno hay altas y bajas.

Efectivamente, apenas el miércoles 6 del presente mes y año el Ejecutivo del Estado hizo cambios en su gabinete estatal para bien o para mal, según los intereses políticos, interpretaciones o conjeturas, justo en el tiempo de crisis de la pandemia del coronavirus COVID- 19, por lo que estos ajustes en gran parte quedaron desapercibidos y por muy pocos comentados, respecto a los nuevos funcionarios.

Así, los priistas, Antonio Amaro Cansino fue nombrado por el gobernador Alejando Murat Hinojosa, Coordinador Estatal de Protección Civil en lugar de Heliodro Díaz Escárraga; Héctor Pablo Ramírez Puga, a la Comisión Estatal del Agua y Nallely Hernández a Unidades Móviles, tomados en cuenta como puestos públicos de nivel medio y más bien, como un complemento de la administración pública, claro, con sus propias responsabilidades y en espera del cumplimiento de su función.

La mayor parte de los 60 cambios del gabinete del gobierno estatal en lo que va de sus tres años y cinco meses de su administración, los más han sido cuestionados por tratarse de elementos reciclados o muy institucionales, que vienen de generación en generación, es decir, de gobierno en gobierno. O son muy institucionales o muy serviles, sin descartar la experiencia de otros, que se han desempeñado con lealtad, porque eficientes en la extensión de la palabra son contados o muy escasos.

Por decir, los penúltimos cambios del gabinete en lo que va del presente año no fueron muy bien recibidos por la sociedad oaxaqueña- y se dejaron ver entre las críticas, comentarios, desdenes y pocos afortunados que más o menos cuentan con alguna simpatía de algunos sectores privilegiados.

Entre estos tenemos a Carolina Monroy del Mazo, quien fue comisionada por el Ejecutivo a la oficina de la gubernatura, según el mandatario por su experiencia y relaciones humanas, lo único que le pesó, es ser originaria del Estado de México, además de ser sobrina del expresidente, Enrique Peña Nieto y del actual gobernador de esa entidad, Alfredo del Mazo.

Javier Lazcano Vargas a la Secretaría de las Infraestructuras y Desarrollo Territorial en donde ha imperado una estela de corrupción en el manejo de los recursos destinados a las obras públicas, que no se ven por ningún lado; al Comité de Planeación y Desarrollo (COPLADE), Jorge Toledo Luis y Carla Villacaña Quevedo a la Secretaría de las Culturas y Artes del Estado de Oaxaca, todos por el pago de facturas políticas.

En fin, se tiene conocimiento que los recientes cambios en el gabinete del gobierno estatal son para terminar el sexenio del Ejecutivo del Estado y seguramente, lo deseable es para fortalecer y consolidar la administración pública, cuya finalidad es servir con entrega y dedicación a la población oaxaqueña ávida de justicia e igualdad social, no para servirse del pueblo, más en estos tiempos de crisis agudizada por la pandemia del coronavirus, que sin duda azotará despiadadamente a los oaxaqueños de por si marginados en un 60 por ciento en la fatal pobreza y marginación.

La salida es el combate a la corrupción, a la inseguridad, a la violencia, al desempleo, así, como mejores condiciones de vida de los que menos tienen, por lo que es menester exterminar la desigualdad social en esta entidad oaxaqueña tan rezagada por la federación.

La única esperanza es acabar con el régimen priista, al menos en Oaxaca, en donde soplan vientos de cambio y transformación, que se pueden dar con la Cuarta Transformación de México, si es que las condiciones se dan en la medida de la solidaridad de los oaxaqueños.

carloscastellanos52@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

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