El Zumbido del Moscardón

Alejandro Leyva Aguilar

He estado revisando cronológicamente el discurso de don López respecto del narcotráfico en México y me parece que del “abrazos, no balazos” al “no nos vamos a dejar intimidar”, hay una distancia bien grande y un discurso que no convence más que a sus seguidores incondicionales y que ya ha causado más de 56 mil muertes violentas en apenas 18 meses.

Y si algo le tocó las fibras al presidente, así en minúsculas y entre comillas, fue el atentado que sufrió Omar García Harfuch, jefe de la policía en la Ciudad de México, quien antes había sido titular de la Agencia Federal de Investigación Criminal, un hombre muy cercano a Genaro García Luna hoy extraditado en Estados Unidos.

Omar García Harfuch, no es cualquier improvisado, tiene una tradición familiar que nos puede hacer pensar que el tema de seguridad nacional, lo lleva en la sangre. Su abuelo, Marcelino García Barragán fue Secretario de la Defensa en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz quien asumió “la responsabilidad histórica” de los acontecimientos del 68 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

El padre de Omar, Javier García Paniagua, fue nombrado en 1976 titular de la entonces Dirección Federal de Seguridad y llegó a dirigir los destinos del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, además de que fue un serio rival a la presidencia de la República para Miguel de la Madrid Hurtado.

Una tradición de tres generaciones en el tema de la seguridad nacional, colocan a Omar García Harfuch como una pieza clave de la transformación de cuarta para poder dilucidar los entuertos en que se haya metido el “presidente”, no solo por la pandemia del COVID-19, sino también por la persecución que hace el gobierno federal de cárteles de la droga, enemigos del poderosisimo cartel de Sinaloa.

El atentado a García Harfuch está plagado de inconsistencias porque si un cartel de la droga como el Jalisco Nueva Generación se propone hacerlo, lo hubiesen matado sin importar el nivel de blindaje de la camioneta en la que viajaba. Usaron armas muy potentes como los rifles Barret que a la distancia adecuada, es decir, no tan cerca, hubiesen penetrado sin problema el blindaje de la camioneta del secretario de seguridad de la Ciudad de México.

Parece más bien un montaje en el que, desgraciadamente perdieron la vida dos elementos de su guardia personal, pero para efectos de la percepción de la realidad, dos vidas no son nada si lo que se quiere hacer, es distraer la atención y la tensión pública de la figura presidencial.

“No nos vamos a dejar intimidar” dice amlo, pero declara públicamente que él mismo ordenó la liberación de Ovidio Guzmán López en Sinaloa cuando ya lo tenían sometido y detenido para ponerlo a disposición de las autoridades, violando así flagrantemente la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos.

Sin embargo, no solo con Ovidio Guzmán se intimida, hace también lo propio con “el marro” a quien primero le detiene a todo su séquito de operadores incluida su mamá y a la primera amenaza de este delincuente, amlo suelta a todos los detenidos por falta de pruebas, cuando antes habría presumido la detención de esas personas y “el duro golpe” a la estructura financiera y social del Cartel de Santa Rosa se Lima.

Algo no cuadra en los dichos del presidente en el tema del narcotráfico, parece y sólo me parece, que el presidente le pide permiso a los capos de la droga para ejercer un poder que de facto, ejercen los capos en lo que se ha convertido en un narco estado a la vista de la sociedad.

¿Y el pueblo al que juró defender?, al pueblo se le invita a quedarse en casa y no salir en la pandemia, pero los delincuentes si pueden salir a repartir despensas a nombre de Joaquín Guzmán Loera y con un “pórtense bien”, el presidente quiere arreglar un tema que es de seguridad nacional.

Algo no anda bien y me parece que si no pone orden, irá peor.

Voy a cerrar este diserto con una máxima Juarista de esas que le gustan mucho a don López: “malditos aquellos que son sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan”.

#quedateencasa
@leyvaguilar
Instagram: Leyvaguilar

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