El Zumbido del Moscardón

Parece que la luna de miel entre morenistas y su “compañero presidente”, ha terminado. San Lázaro fue el escenario en el que se dio esa ruptura y por parte de uno de los más radicales amigos de don López, el reaccionario Gerardo Fernández Noroña.
La Cámara de diputados, ha sido en esta legislatura una en la que los intereses no son precisamente los del pueblo, sino los intereses del grupo en el poder y actúan a capricho del Ejecutivo sobre todo en lo que tiene que ver con presupuestos y leyes que permitan la tranza.
Pero cuando se trata del control de uno de los poderes, entonces los intereses cambian. La Presidencia de la Mesa Directiva que por ley le corresponde al PRI por ser la tercera fuerza política en el país, quedó en entredicho cuando algunos diputados de MORENA abandonaron esas filas para sumarse al PT y de esa manera conformar un número mayor de diputados de ese partido por encima del Revolucionario Institucional.
El problema fue que uno de esos diputados reculó y regresó a las filas de su partido -como debe ser- pero entiendo que por instrucciones de la Presidencia del Grupo Parlamentario de MORENA, lo que irritó en sobre manera a “comandante” Gerardo Fernández Noroña quien criticó fuertemente a don López por considerar que le entregaba la dirigencia de la Mesa Directiva al PRI.
Noroña, hizo el berrinche de su vida y se le fue a la yugular al PRI, acusando a su dirigencia y a su militancia de “pandilla de asesinos”, al recordar los asesinatos de Francisco Ruiz Massieu y Luis Donaldo Colosio Murrieta y previno que el PRI pudiese meter al país, en una crisis política de la que el único responsable sería el propio don López.
Y es que el inquilino de Palacio Nacional, habría dicho a pegunta expresa, que él como ciudadano y como luchador social, estaba de acuerdo en que la ley se respetara y que si le correspondía al PRI presidir la Mesa Directiva, así tendría que ser.
Así llegamos a la votación para elegir la Mesa Directiva con una fórmula encabezada por la priísta Dulce María Sauri Riancho y, a pesar de los 93 votos de Morena, más los 50 del PRI, no llegaron a la mayoría calificada necesaria y será hasta el 5 de septiembre cuando ésta posición se defina. Por lo pronto ya surgió otro “presidente legítimo”, Gerardo Fernández Noroña que se considera así mismo líder de la Cámara de Diputados.
El próximo año hay elecciones, una de las más grandes a la que nos someteremos los mexicanos. Elegiremos a 15 gobernadores, 500 legisladores (300 por mayoría relativa y 200 plurinominales), en total habrá en juego 21 mil 368 cargos en disputa y, aunque las encuestas dice que Morena lidera las preferencias electorales con 43 por ciento de intención del voto, este partido y sus aliados, ya probaron el poder y el dinero lo que a cualquier, enferma.
A pesar de su 43 por ciento, morena ha perdido 14 puntos porcentuales respecto de la última elección y no se ve en el horizonte que pueda recuperarlos en tanto no haya acciones contundentes del gobierno de don López para volverse a ganar al pueblo y eso puede ser aprovechado por partidos políticos como el PRI.
Si alguien puede ganar en este 2021, es justamente el tricolor porque gobierna 8 de los 15 estados donde se elegirán gobernadores: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
En tanto el PAN luchará por mantener su control en Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit y Querétaro, mientras que el PRD buscará asegurar Michoacán que es el último bastión perredista.
Habrá quien diga que los aliados del “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, llegan debilitados a la elección de 2021 y me parece que el diagnóstico es peor, llegan divididos por intereses de grupos bien identificados y es mucho peor la división que el debilitamiento y combinados, pueden representar un hoyo en el proyecto político de don López… al tiempo.

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