El zumbido del Moscardón

Un objetivo tenía en mente don López desde que inició su carrera política y ese fue trascender en la historia de México y acuñar su nombre como el de un transformador… el cuarto transformador.
Esperaba que hubiese calles en todos los estados de la república con su nombre y apellidos, estatuas de bronce por todos los rincones mostrando su rostro famélico, escuelas y hasta bares y, a menos que obligue al Congreso Federal a inscribir su nombre con letras de oro en el Palacio Legislativo de San Lázaro, no creo que lo logre
Don López presume mucho su “cuarta transformación” pero, a menos que le suceda lo mismo que a los otros tres grupos de “transformadores”, pues dudo mucho que pase a la historia como un mártir, aunque en todos los monólogos tempraneros, lo que hace justamente es martirizarse, victimizarse.
Repasemos un poco de historia de esa que no está en los libros de texto. Nuestro “padre de la patria”, fue -según los libros- Miguel Hidalgo y Costilla, iniciador del movimiento Independentista en 1810, un personaje cuyo grito de libertador fue “viva Felipe VII, Rey de España!… sabemos en la historia no escrita que se hacía llamar “Su Alteza Serenísima” y fue misógino y prepotente. Murió fusilado el 30 de julio de 1811, apenas 9 meses después de “su transformación”.
Lo sucedió en la Independencia José María Morelos y Pavón -así se llama el avión presidencial por cierto- y para él, mis respetos porque asumió su misión con humildad patriótica, tanto que lo llamaron “el siervo de la nación”, él sí transformó la guerra de independencia en una lucha por las libertad de los indígenas. Murió fusilado el 22 de diciembre de 1815, cuatro años después de tomar las armas, tras la muerte de Hidalgo.
Vámonos a la Reforma y la Intervención, vámonos a la historia de Benito Juárez el personaje que más ha nombrado don López a lo largo de 16 años de campaña y en estos dos de su “gobierno”… esa fue la real guerra de Independencia, porque Juarez, no fue electo presidente, las circunstancias lo obligaron. La historia nos dice que fue un héroe porque se echó literalmente la nación al hombro y la hizo recorrer en una carreta, todo el país para protegerla.
La condiciones se dieron para que Porfirio Díaz, el más grande de todos los oaxaqueños, le entregara México. Juárez fusiló a Maximiliano de Habsburgo a pesar de las súplicas de Carlota y con la intervención de la Masonería. La muerte de Don Benito ocurrida un 18 de julio de 1872 después de haber gobernado por casi 22 años, de una angina de pecho, es relacionada más bien con una conspiración Masónica para asesinarlo, hecho que nunca ha sido demostrado.
Me falta “maderito”, también así en minúsculas y entrecomillas. Este aprendiz de espiritista acogió para sí, el ideario político de los hermanos oaxaqueños Flores Magón para iniciar la revuelta revolucionaria más sangrienta e inútil de la historia de México. Porfirio Díaz que para legitimarse una y otra vez, elevó al grado de Benemérito de las Américas la figura de su paisano Benito Juárez, gobernó 30 años a México antes de que “maderito”, con la ayuda de caciques, iniciara la revuelta revolucionaria.
Porfirio renunció al cargo de Presidente de la República el 25 de mayo de 1911; el 6 de noviembre de ese fatídico año “maderito” asume la Presidencia de la República y poco más de un año después, el 22 de febrero de 1913 muere asesinado en la Ciudad de México.
O eres héroe por tus actos y tu triunfo o eres mártir. En la historia de México no se puede trascender si no a causa de una muerte violenta o misteriosa que emocione los corazones palpitantes de sangre de los compatriotas que, como don López, construyen historias en torno a la verdad de los hechos.
Don López ya pasó a la historia, pero no a la que él quiere sino a la del denuesto, a la del descrédito. A penas el 15 de este mes, culminó uno de esos actos por los que será recordado eternamente, la rifa de un avión que es, como dice The Economist, un símbolo de la corrupción del pasado que pasó a ser un símbolo de la ineptitud del presente.
Si bien le va, amlo pasará a la historia como el presidente más inepto que haya tenido México, si le va mal, pasará como un vil y cruel asesino de niños con cáncer y de enfermos crónicos, un asesino de más de 72 mil mexicanos que perdieron la batalla por el COVID-19, un asesino de más de 60 mil mexicanos a causa de su negación para combatir el crimen organizado.
Dijera mi amigo Raúl Castellanos pasará al basurero de la historia, esa historia que apesta… a menos que, como a Hidalgo, Morelos o “maderito”, haya un alma dubitativa que lo vuelva mártir o ¿tal vez el COVID?, como inescrupulosa ironía del destino.
@leyvaguilar
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