ARENA POLÍTICA

Por: Mario CASTELLANOS ALCÁZAR

2021, año de la esperanza

En la entrega de mi columna, la última del año 2020, en el umbral del 2021, no puedo prescindir de los buenos deseos a todos y a cada uno de los pobladores, los que me rodean, a los lectores y a la sociedad, a la que me debo- y a los que hoy les deseo felicidades, abrazos y buenos augurios de salud, vida, prosperidad y bienestar familiar.

Que la dicha y la buena ventura este en todo momento del año venidero, pese a las adversidades que nos arrojó en año que se va, el 2020, que nos trajo penurias y nos deja asolados con una pandemia, nunca esperada, pero que hizo mella y restringió la vida de miles de familias mexicanas, incluso con la muerte, por este padecimiento, que no distinguió clases sociales, ni jerarquías, credos, ni posiciones políticas.

Todo fue como una pesadilla, pero a pesar de todo, haremos un balance, que nos servirá de reflexión y experiencia para enmendar errores, valorar lo preciado de la vida, los encuentros y desencuentros de las adversidades, que, si fueron rotundas, en nuestra vida cotidiana, que se llenó de luto y dolor por la pérdida de nuestros seres queridos, hermanos, amigos, amistades, víctimas de la pandemia.

Cierto es que el año 2020 fue un año muy duro, asolador y cruel, sin embargo, hay que aceptar las circunstancias, como vienen, como si fuera por mandato divino, para no renegar en contra de los acontecimientos, que no están en nuestras manos, pero si, debemos de conciliar con todas las razas del mundo, con los nuestros, para revivir la llama del amor- y nuevamente, volver a la normalidad con una nueva convicción para el año entrante, que será definitivo para enmendar errores y lanzar esperanzas de un nuevo amanecer.

A este respecto, saquemos provecho de lo aprendido, porque bien, saldremos con nuevas experiencias, basadas en la tragedia humana, que nos deja el COVID- 19, no solo en México, sino a nivel mundial, si todos hemos experimentado la importancia de recobrar la sensibilidad, la unidad, solidaridad, amabilidad y el buen trato con todos los estratos sociales, fincados en la igualdad y en la justicia social.

Ya lo vimos, que todos somos iguales en la vida o en la muerte, cuando nos llega la hora de rendir cuentas, como en el caso de la pandemia, que no distinguió clases sociales, posturas ideológicas, privilegios, ni castas.

Fue pareja, se llevó a pobres y ricos, hombres, mujeres y niños, sin importar credos, lo mismo, que, a profesionistas, políticos, funcionarios y personas de diferentes rangos, a pobres y ricos.

Pues, sí, todo esto vino a cambiar la vida de los seres de todo el mundo, y en lo que se refiere a México, los daños fueron incalculables, un millón 401 mil 520 contagiados del COVID- 19 y 123 mil 845 fallecidos por los efectos de la pandemia, mientras a nivel mundial, 1. 8 millones de muertes por este mismo virus.

En sí, los daños fueron irreversibles en México, un país con graves problemas políticos, económicos y sociales, que por los efectos del coronavirus se complicaron al extremo, hoy, una nación con pocas expectativas de crecimiento económico al mantenerse en recesión económica con un Producto Interno Bruto (PIB) del 0.01 por ciento, hasta principios del año 2020.

Así, se afectó la planta productiva y por consiguiente la pérdida de 10 millones de empleos, principalmente, los informales, pero también, los formales, registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que sufrió una pérdida oficial de más de un millón de plazas de trabajo de los 20 millones de fuentes de empleo registrados, a lo que se suman los despidos temporales, la reducción de los salarios y prerrogativas de la ley laboral.

No hay fecha precisa para la recuperación económica del país, ni crecimiento de la productividad, de ahí, que los inversionistas no tienen la certeza para invertir en México, ante la inseguridad latente, por lo que no se descarta mayores pérdidas del poder adquisitivo de los trabajadores, pese al incremento a los salarios mínimos a partir del año 2021, del 15 por ciento, que no restituye el bienestar familiar, ante el disparo de los precios de la canasta básica y otros productos de primera necesidad.

Atrás quedaron los buenos augurios del Gobierno Federal, que había anunciado al inicio de su mandato, un crecimiento económico del 4 o del 6 por ciento en los primeros años de su gobierno, pero también, hay que tomar en cuenta las adversidades de la fatal pandemia, que echó abajo los proyectos presidenciales, sin embargo, continua el combate a la corrupción y la austeridad republicana, como parte de la reactivación económica del país.

Si, el ahorro, obtenido, precisamente, por la austeridad, es de 1.5 billones de pesos, según, lo dicho por el presidente, López Obrador, son parte de las reservas para evitar un colapso a la economía nacional, no obstante, se hicieron recortes presupuestales en el gasto público, por una parte y por la otra, la reducción de los altos sueldos de los Secretarios de Estado y del mismo presidente de México.

En lo político, no todo anda muy bien , pues aun, hay desequilibrios, en relación al proceso electoral del año 2021, que es para elegir a diputados federales, locales y presidentes municipales en el país, cuyos partidos políticos tendrán un subsidio de más de 7 mil millones de pesos, algo oneroso para tan bajo rendimiento de estos organismos, que no tienen consistencia, ni calidad moral, entre los más desechables, el PRI, PAN y PRD, que se quedaron sin militancia partidista, por lo que tuvieron que coaligarse como contrapeso a MORENA, a fin de arrebatarle el poder.

Todo parece imposible, pues aun, MORENA tiene el pandero político con un presidente omnímodo de México, López Obrador, quien tiene el 65 por ciento de aprobación y por supuesto que continuará en el poder hasta el año 2024, luego de la confirmación del voto de los mexicanos en el acto de revocación del mandato en el año 2022.

carloscastellanos52@hotmail.com

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