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Covid y el avestruz.

Por: José Hernando Martínez-Bastida S.

 

Mil 883 enfermos por Covid 19 en Oaxaca y 4 mil 271 pruebas clínicas aplicadas, en un estado con más de 4 millones de habitantes, a simple vista, grave muestra de inconsistencia en la administración del bien mayor de la democracia, el bienestar de la población.

En el estado, ante la impotencia y la falta de un proyecto definido y funcional de rescate de los oaxaqueños de la pandemia, simplemente, cómo el avestruz, cerrar todo, claro voluntariamente.

Que el oaxaqueño y la oaxaqueña piensen si quieren volver a ver a sus padres, hermanos e hijos, para lo que es necesario se encierren 10 días y aprendan a decidir, si prefieren comer o seguir vivos, en palabras del nuevo vocero de Murat H., Francisco Vallejo Gil.

Quien asegura que la campaña “Yo me guardo por Oaxaca”, es para que el oaxaqueño y las oaxaqueñas tomen conciencia de su responsabilidad en detener la pandemia, cómo si doña Licha, ficticio, hubiera tenido conocimiento un mes previo a la llegada del Covid a territorio oaxaqueño.

Y simplemente no hizo nada por prevenir lo que ya estaba pasando en estados vecinos, lo más fácil es evadirse y culpar a el ciudadano, que es quien paga las cuentas, de no hacer lo que se le dice, por irresponsables.
A una semana de la hecatombe, última chance para que no sea más grave, ya que el gobierno no pudo, es momento, cómo siempre ha sido, en que los oaxaqueños y oaxaqueñas, se organicen y hagan las cosas adecuadas para evitar la propagación del virus.

Lamentablemente y también cómo, siempre, ya se sabe que quien se llevará el mérito es el gobernador, pero será una lección tan intensamente sutil, para que entienda que no sabe, pero puede aprender y tal vez hasta se independice.
Grave dilema, más cuando convoca a conferencia, hace que personas se reúnan, para solamente escucharlos, con los consiguientes riesgos de romper la sana distancia, lo que es una responsiva más, si alguien de los convocados enferma.

Pero lo bueno de Oaxaca es que no pasa nada, y nadie dice nada, a gritos termino la conferencia monologo, prensa con preguntas, y los empleados sociales, sin respuestas a nada.

En una perorata, dónde se arguye el compromiso ético y moral de cuidar a los gobernados, pero sin un plan de rescate, ni programa de apoyo, tal vez crea que es mejor enseñar a pescar, que dar pescado.
Moral sería que garantice que el oaxaqueño y la oaxaqueña, no tengan que arriesgar la vida para conseguir comida, pero esa es la tónica, en palabras del coordinador de prensa oficial.

Lamentable, que la falta de habilidad en el manejo de crisis, no permita que se desarrolle lo aprendido y así solucionar, pero un termino más sociológico que político, es la codependencia, de la hay moderada y enfermiza.
La moderada, tiene que ver con el ego, se busca reconocimiento, la grave, es la que, a pesar de tener el conocimiento para solucionar problemas, de todo tipo, herramientas emocionales, simplemente no desarrollo la habilidad necesaria.

Por lo que necesitamos, una muleta emocional, que puede ser una prenda o una persona, que si por alguna razón, no la sentimos a nuestro lado, llega el miedo y paraliza toda acción, enterramos la cabeza en la arena,
Esperando que quien nos ha solucionado todo, lo vuelva a hacer y todo siga igual, pero la mala noticia es que Oaxaca ha cambiado, el latente riesgo a enfermar y morir, es una gran experiencia de crecimiento, no de estatura, si personal.

Después de tan bochornoso espectáculo de inopia política y social, muy difícilmente podrá recuperar la imagen de poder, que le construyeron y no supo fortalecer, lo mejor es que sólo son ideas.
ANDAMOS

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