ARENA POLÍTICA

Carlos Castellanos Alcazar

EL INFORME DE MURAT Y LAS ELECCIONES 2021

La praxis política nos enseña que el IV Informe del gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa (PRI), es prácticamente el arranque del proceso electoral del año 2021 y con ello, una parálisis de la administración pública para evitar la participación publicitaria del mandatario estatal.

Esto con el fin de que Murat, evite anunciar grandes o pequeñas inversiones o haga alarde de obras suntuosas con inclinación a su partido político (PRI) en apoyo a los candidatos, tampoco, destinará los recursos materiales, económicos y humanos en las campañas de los aspirantes priistas.

Es decir, durante un proceso electoral, cualquiera que sea el gobernante oaxaqueño, se vuelve omiso, se hace el desentendido para no involucrarse en el tema electoral, al menos así debería ser, sin embargo, dista mucho que así sea, porque hay muchas formas de apoyar a su militancia partidista de donde
proviene, aunque en el gobierno de Murat se advierte un desgano político debido a que el PRI ya no tiene opción de triunfo en Oaxaca.

Hay indiferencia y nostalgia en el priismo oaxaqueño, incluso, en el Ejecutivo del Estado, así se advirtió en el IV Informe del gobernador Murat Hinojosa, con poco ímpetu partidista, lo que se manifestó en la falta de afecto y respaldo humano, el besa manos, los saludos, los abrazos, o las bandas de música y la algarabía como en los otroras tiempos del viejo sistema político mexicano cuando nada más los “chicharrones de los priistas tronaban”.

Ahora no, el discurso político priista se apagó o más bien se ocultó en los sótanos de la historia mexicana porque a decir, políticamente, Oaxaca está en el crisol morenista, de color guinda, que sustituyó el verde, blanco y rojo, el color de la bandera nacional.

Y si bien, el IV Informe del Gobierno del Estado, que tuvo lugar el domingo 15 de noviembre, ya no fue como debiera, con los honores de rigor, con la frente en alto, enhiesto, ahora no, más que puro formulismo, así, fue la entrega del informe escrito al Congreso del Estado, en donde solo hay seis diputados priistas plurinominales, que no representan a ningún distrito electoral, pero sí, predomina la mayoría de diputados morenistas (26), que eso, ya se dice todo.

Ya no hay fuerza para las matracas priistas- las vivas y las porras. Las estruendosas palmadas se esfumaron.

Por todo esto, la fiesta, en ocasión del informe gubernamental ya tiene otros tintes y dimensiones. Sin embargo, Murat cumplió. Rindió un informe austero en los medios digitales, en el que destacó la seguridad, la estabilidad, la paz social y la gobernabilidad que existe en Oaxaca, una de las entidades con mayor seguridad y crecimiento económico en un 3 por ciento como ningún otro estado de la República Mexicana.

Incluso, muy por arriba de la política económica del Gobierno Federal- y por supuesto del país, que tuvo un decrecimiento en su economía nacional de más del 10 por ciento, pero, además, en Oaxaca, es una realidad la recuperación económica, sin menoscabo, que en esta entidad ha sido un éxito el manejo y control del coronavirus.

Se respeta lo anunciado por el mandatario en su informe de actividades- y ya, cada quien sacará sus conjeturas, respetando la pluralidad de ideas, de credos políticos y religiosos, lo que sí, llama la atención el aspecto político, de cómo quedará Oaxaca después de las elecciones del 6 de junio del año 2021, que es para elegir a diputados, locales, federales y 153 autoridades municipales que se rigen por el sistema de partidos políticos.

Desde luego, porque del resultado de estas elecciones, que marcan un hito en la historia de los oaxaqueños, es importante, porque de esta depende la elección del año 2022 para gobernador de Oaxaca, una vez, que Murat Hinojosa cumpla su mandato gubernamental, incluso, si es un Ejecutivo de seis años como lo prometió a sus gobernados.

Porque no se concibe que tramite una licencia para separarse del mandato que le concedieron los oaxaqueños en el año 2016, para formar parte del gabinete del Gobierno Federal, como ya se ha escuchado constantemente- y por supuesto, no es igual a que en Oaxaca es el gobernador, a que se vaya de cola de león, eso, no, lo ideal sería que terminara su obra, que aún tiene tiempo para buscar la grande, la presidencia de México, en el año 2024, como ya se olfatea en los corrillos priistas.

Si se va, deja dudas, de un mal gobierno, que no cumplió, cuando sí, debiera salir bien, menos, debe usar a los oaxaqueños como experimento o trampolín político, a diferencia, que, si queda bien, los mismos oaxaqueños le
darán el espaldarazo. O sino, vienen las rechiflas.


carloscastellanos52@hotmail.com

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