ARENA POLITICA       

Mario CASTELLANOS ALCAZAR

NAVIDAD SIN VIOLENCIA.

ABRAZOS NO BALAZOS

Que, en esta Navidad, reine la paz, el amor y el respeto al prójimo. Abrazos sí, balazos no. Amor y paz, parafraseando la tesis del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando menos que estas, se hagan realidad en esta temporada navideña y el año nuevo ¿y porque no para siempre?

Que los buenos deseos se conviertan en una realidad y por supuesto impere la moral por encima de los intereses materiales, primero lo espiritual y nunca, jamás, el odio, el rencor, la intolerancia, la violencia y la ambición desmedida porque estas son acciones pecaminosas que acaban en corrupción y descomposición social.

Son momentos de reconciliación y recogimiento familiar, asimismo en todo el conglomerado de la sociedad, que espera una limpia del todo mal por el todo bien, es decir una revaloración de las acciones humanitarias o más bien se espera el rescate de los principios y valores, que de generación en generación se van perdiendo paulatinamente y todo se va al fango de la maldad y el oprobio que dan como resultado una sociedad degenerativa.

Es tiempo del perdón, de la reflexión, el análisis y nuevas propuestas para hilvanar lo positivo por encima de lo negativo, todo para enmendar los errores y pecados por un nuevo catálogo del bien y desechar la maldad desde el seno del hogar, cuya finalidad es la renovación moral en lo espiritual, más no, en lo material ni la riqueza desmedida, por lo que ahora la humildad es la fórmula vigente para integrar un código de ética y de buenas costumbres.

Como ya lo decía el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, todo por la buena, nada por la mala, primero los pobres y luego la opulencia, primero los de abajo y luego los de arriba, que, si bien son tesis por unos criticadas, pero, aplaudidas por otros, esto, porque inducen a la moral y a la sana convivencia.

Y todavía, más, si parafraseamos, lo dicho a menudo, abrazos y no balazos, amor y paz, todo con el pueblo, nada sin el pueblo, lo que por cierto refleja un paso más a la moral por encima de la violencia, el odio y el rencor, porque la violencia engendra más violencia y el odio más odio, lo que sin duda representa una cadena de pecados mortales y estos pecados forman un lastre de descomposición social y con esto un estallido de cruentas consecuencias como ya lo estamos viviendo en la actualidad.

No es para menos ni está por demás, orar y orar en las comunidades y creyentes tomando en cuenta que la oración es la salvación de acuerdo a los credos religiosos. Se libera el alma y despeja la mente. Esto es una limpia del corazón sí es que se actúa con devoción y fe para mover las montañas y llegar a los océanos, del amor, la paz, la estabilidad y el encuentro contigo mismo.

Viéndolo bien, no está mal el código de la ética moral propuesto por el presidente Obrador, aunque muchos difieren de ello, es un catálogo de civismo para rescatar los principios y valores con la finalidad de reformar al Estado, sin que ello quiere decir, que estamos cayendo en lo religioso, sin embargo, todo lo que sea para bien, bienvenido, o si se trata de mantener un Estado laico, hay que fijar las reglas en un pueblo creyente.

De cualquier manera, los mexicanos tenemos que participar en los hechos y las acciones para fomentar una nueva convicción de convivencia sana y de prudente participación ciudadana con ideas claras y proyectos viables que coadyuven en la inminente integración social y asimismo una vida democrática en donde los gobiernos actúen con honestidad, con moral, inteligencia y sin corrupción.

Por ello, invoquemos en esta Navidad por la paz, la armonía, la tranquilidad y el buen desarrollo humano sin caer en la tentación de la codicia, la mentira, el hurto y el enriquecimiento ilícito, es decir, primero es el amor al prójimo.

La pobreza, la marginación, la explotación, la esclavitud, la violencia y la injuria son factores negativos que debemos desechar desde ahora si queremos comulgar en esta Navidad por el bien de todos, sin discriminaciones ni tentaciones ambiguas del viejo fanatismo, sino más bien actuemos con plena libertad de creencia.

carloscastellanos52@hotmail.com

 

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