ARENA POLITICA

AMULETOS PARA EL CORONAVIRUS. JAJAJA.

Mario CASTELLANOS ALCAZAR

 

Es apasionante en el buen sentido de la responsabilidad de los mexicanos, hablar del coronavirus- Covid 19, en tiempo de crisis política, económica y social. Esto despierta diferentes puntos de vista desde la perspectiva científica y el ángulo epidemiológico en contraste con el rumor, la especulación y el morbo de la gente del pueblo que tiene otras ideas y creencias basadas en lo moral y la santidad, “pero todo va en el terreno de la voluntad del divino creador”.

Dichos argumentos del uno y del otro, el de la voz populi y la academia de los conocimientos basados en la investigación, en las teorías científicas, no se contraponen, siempre y cuando se actúe de manera consciente en el ámbito de sus responsabilidades, atendiendo las directrices de las autoridades encargadas de la salud pública- y nada más, sin rivalizar o confrontarse, menos con tintes políticos, pues esto agravaría la situación.

De ahí, que si, en las aldeas, en donde florecen las tradiciones, usos y costumbres, hacen de la pandemia del coronavirus un ritual, una ceremonia religiosa, están en su derecho, así también el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es adorado o bendecido con un despojo o exorcismo, que tiene de anormal, pero en sí, la gente humilde piensa que así le va a ir bien al gobierno y si le va bien a este, pues le va ir bien al pueblo, es decir, a los mexicanos.

Todo se hace de buena fe y voluntad con la finalidad de amainar la fuerza destructiva del coronavirus, esto, de acuerdo al nivel cultural de nuestra gente, que así se siente bien, sin embargo, hay quienes confrontan esta situación y tildan al presidente de fanático, más aún, si conserva los amuletos o estampitas del Sagrado Corazón de Jesús, que en algún rincón de la patria le obsequiaron como un detente de todos los males.

Y viene a risa, a perspicacia, a mofa, y enojo, de los opositores que quieren que, a México la vaya mal, más aún cuando al presidente se le ocurre hacer público sus armas defensoras, en el caso de sus talismanes y manifestar en la mañanera: “detente enemigo, el corazón de Jesús está conmigo”. Y con esto se les cayó el cielo a los conservadores, pero sí, son falsas expectativas, rumores y especulación.

Para empezar, el presidente es así, muy inclinado a la moral, a la buena voluntad, al apoyo a los que menos tienen, a la divina providencia, primero los pobres y luego los potentados, entre otras: amor y paz, que no son más que un intento por rescatar los valores y principios que se han perdido y en consecuencia viene la violencia y la inseguridad.

Pero en sí, es la Secretaría de Salud, la institución eje, que marca las estrategias, procedimientos y medidas, tratando de optimizar los recursos, claro, con el apoyo del gobierno federal con la finalidad de seguir y cumplir con las ordenanzas y recomendaciones de la Organización Mundial de Salud, por lo que ahora, se debe poner a la práctica las medidas preventivas conjuntamente con los gobernantes, sin embargo, hay jiribilla de los opositores que todo lo ven mal.

Tan es así, que el coronavirus no es solo responsabilidad del presidente, Obrador, sino de todos los sectores de la población, de las autoridades municipales, de los profesionistas, de los diputados, los senadores, de los gobiernos de las entidades federativas, de los empresarios, de los expresidentes de México y, en fin, de toda la gama de la población.

La unidad hace la fuerza, solo así, los mexicanos ya no verán moros con tranchetes, ni la paja en el ojo ajeno, es decir, es el mejor momento de cerrar filas para combatir la pandemia de la que México no está exenta. Ya contamos con la muerte de una persona infectado del coronavirus y vamos, no estamos a salvo, porque en este país tenemos 118 casos positivos y, por cierto, no contamos con la infraestructura para atender la contingencia en caso que se agrave en la supuesta segunda etapa, que sería el contagió comunitario.

Hasta vaticinan los pitonisos, que en los próximos tres meses podría haber en México, 528 pacientes graves y diez mil infectados, si el sistema de salud del territorio mexicano solo cuenta con 4 mil 291 camas en terapia intensiva, nada más fatal para los nacionales.

A Todo esto, el presidente Obrador ya anunció un presupuesto adicional de tres mil 500 millones de pesos para infraestructura médica, incluyendo compra de medicamentos y equipos de laboratorio exclusivamente para atender los casos de la pandemia, lo que representa un aliciente, pese a todo, continua con su llamado de solidaridad y unidad entre los mexicanos para no causar el desbordamiento de la sicosis, que de hecho ya existe en las compras de pánico de básicos alimenticios, tapabocas, antibacteriales y otros implementos para evitar el contagio del padecimiento, pero también, ya se suspendieron la clases en todos los niveles educativos, en centros comerciales, instituciones del gobierno estatal y federal, por lo que se afectará la economía no solo en México, sino a nivel internacional.

carloscastellanos52@hotmail.com

 

 

 

 

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