NO HABRA RESCATE PARA EMPRESARIOS.
Mario CASTELLANOS ALCAZAR
Cuando todo parecía que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, gozaba de cabal salud política con la casta empresarial, de pronto llegó un siniestro- el COVID- 19, y nuevamente vino la luna de hiel cuando apenas se saboreaba la reconciliación entre las dos fuerzas que se disputan el poder.
Aparentemente se distinguía una sana relación entre el gobierno federal y los hombres del dinero, es decir, de los inversionistas privados, esto es, de los empresarios, de los ponderados, de los que invierten en grandes empresas, apapachados por el viejo régimen neoliberal- y por supuesto, que el nuevo gobierno de la izquierda mexicana les cortó las alas, es decir, les quitó todo tipo de prerrogativas, lo que al inició de la administración obradorista causó serias fisuras.
El empresariado mexicano, fuerte en su consistencia en lo político y lo económico, sintió que el cielo se les cayó encima cuando Obrador, al inicio de su gobierno les quitó el poder político para dejarlos en lo suyo- “zapatero a tus zapatos, es decir, para que se dedicaran a los negocios, siempre y cuando cumplieran con su cometido: la creación de empresas y por supuesto la creación de empleos- y nada más.
Sin embargo, cuando la herida cicatrizaba y los empresarios volvían a respirar con la confianza que les infundió Obrador, los hombres de negocios, que en los gobiernos neoliberales gozaron del poder político, ahora, quisieron aprovecharse para sacar beneficios con el paso del coronavirus, que ya está causando serios trastornos económicos y por supuesto, a los empresarios les va a ir mal, porque bajaran sus ganancias, el sistema productivo ira a la baja y en consecuencia muchas empresas pueden cerrar sin menoscabo de un recorte de la planta de los trabajadores.
Ahora sí, cuando los inversionistas la vieron negra porque la economía mexicana va a la baja ante la falta de crecimiento económico y el estancamiento del Producto Interno Bruto, debido a la depreciación del peso mexicano, ante el dólar y el desplome del precio del petróleo, intentaron pedirle chiche al gobierno mexicano, pensando que era más de lo mismo, que en el viejo PRI-PAN.
Las cámaras empresariales de México se pronunciaron por un plan de rescate o para conservar los empleos y no cerrar empresas, que pudieran dejar sin trabajo a 18 millones de trabajadores, argumentando que esto sería la causa de los efectos del coronavirus, por la falta de circulante económico y la estrategia gubernamental, que puso en marcha el programa de la Sana Distancia, que obliga a los empresarios a cerrar parte de sus negocios y permitir a los trabajadores que se vayan a sus casas por un tiempo indefinido para evitar el contagio de la fatal pandemia.
A esto contestó el presidente Obrador, que ni sueñen los empresarios en obtener un plan de rescate como lo tenían con los gobiernos neoliberales- PRI-PAN, pero esto se acabó, porque no habrá nada de eso, además que no habrá condonación de impuestos, manifestando que las cosas cambiaron y que no será más de lo mismo, como en el viejo régimen, que rescataba Bancos y los inversionistas gozaban de muchas prerrogativas.
Obrador les dio duro golpe a la yugular a la casta empresarial, al reiterar que nada de apoyos, menos un plan de rescate, luego de reiterar muy claro,
que si, habrá apoyos crediticios a los pequeños comerciantes que van al día, a los que tienen que trabajar para comer día con día para evitar el cierre de las empresas en pequeño.
Primero los pobres y luego los ricos, volvió a remachar, obrador, quien advirtió que se ampliarán los programas de asistencia social para apoyar a la clase vulnerable en este tiempo de crisis, que se agudiza con la presencia del coronavirus, que se está expandiendo en el país, al pasar a la segunda etapa y por consiguiente, el contagió será comunitario, sin depender del contacto de los países infectados del continente europeo o de los Estados Unidos de América.
Mientras tanto, en México, se espera una recesión económica, que si bien ya existe, esta se agudizará, lo que avizora el cierre de empresas y el retiro de la inversión nacional o internacional, ante el panorama nada halagador propiciado por la pandemia; por cierto este efecto no es exclusivo del territorio mexicano, sino a nivel mundial, sin embargo, Obrador, confía en que saldremos adelante, argumentando, que en lo que va de su administración se ha acumulado una reserva en el Banco de México del orden de los diez mil millones de dólares-
Pidió a la banca no meter mano a esta reserva para recuperar la pérdida del peso mexicano, ante el alza del dólar, que se está cotizando en los 25 pesos, lo que está convulsionando a los mercados financieros del mundo, situación que se agrava con la caída en el precio del petróleo.
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