ARENA POLITICA

Mario CASTELLANOS ALCAZAR

ORGANIZACIONES Y SINDICATOS CHANTAJISTAS.

Oaxaca es la cuna de las manifestaciones de protesta que a diario se ven
en la misma capital oaxaqueña y predominan en las regiones del Istmo de
Tehuantepec, Tuxtepec, los Valles Centrales, la Costa y la Mixteca, en donde
por supuesto existe un caos y enfrentamientos entre las organizaciones
sociales, sindicatos y agrupaciones que se disputan el poder o bien por las
demandas de sus peticiones en servicios y proyectos de producción, pero de
tras de esto está el chantaje.
El Movimiento Unificador de la Lucha Trique (MULT), Antorcha
Campesina, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la
Educación(CNTE), la Sección 35 de Salud, el Sindicato Independiente de los
Trabajadores y Profesionales de la Salud (SITYPS) así, como los 6 sindicatos de
la Universidad Autónoma “Benito Juárez “de Oaxaca, son los más recurrentes
en sus manifestaciones de protesta en defensa de “los derechos laborales”
pero también para obtener prebendas para sus herederos.
Todo se deriva por la industria del chantaje, prohijado por las
organizaciones sociales y políticas de 400 agrupaciones que existen en la
entidad oaxaqueña, muchas de estas, patrocinadas por los mismos gobiernos
estatales, que las utilizan como grupos de choque o bien para manejarlas en
pro o en contra de sus intereses políticos o en tiempos de campañas
electorales.
Son los consabidos acarreados al servicio de los mandatarios
oaxaqueñas, cuyas organizaciones fueron creadas bajo el amparo de los
gobernantes priistas para mantenerse en el poder o llegar al poder, incluso,
el mismo mandatario actual, Alejandro Murat Hinojosa, a su llegada al
gobierno de Oaxaca, utilizó a los transportistas y otros grupos de choque con

el fin de contrarrestar a los opositores, en este caso a los maestros, para que
tomara posesión del cargo emanado del PRI.
Los ex gobernadores priistas, José Murat Casab y Heladio Ramírez López
propiciaron el impulso de las organizaciones políticas y sociales para
mantenerse en el poder, el primero lo hizo, manipulando al magisterio
disidente de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la
Educación (SNTE) para apalear políticamente al ex presidente de México,
Vicente Fox Quezada, del Partido Acción Nacional (PAN), para sus fines
políticos por tratarse de un gobierno de la derecha conservadora.
Ramírez López impulsó a la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del
ISTMO (COCEI) para sus fines políticos por tratarse de un gobierno de
izquierda disfrazado de priista , por lo que desde entonces se incrementaron
las cascadas de manifestaciones de protesta en la región del Istmo de
Tehuantepec y en esta misma capital oaxaqueña, dando lugar a una
amalgama de inseguridad y violencia que dio paso a que las inversiones se
ahuyentaran en gran parte de la entidad oaxaqueña, pero más en la zona de
convulsión o sea el epicentro de la COCEI.
Pero más todavía, Ramírez López, implementó las manifestaciones de
protesta del magisterio disidente, es decir, crío cuervos para que le sacaran
los ojos, y así fue, luego, para consumar su traición, tomó como catapulta a la
educación de los oaxaqueños, por lo que entregó la rectoría de la educación
a la Sección 22 del SNTE- CNTE, es decir, les puso en charola de plata al
Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), que el sindicato
mantuvo por 22 años, pues fue el organismo sindical el que ponía y quitaba a
los directores y jefes de los departamentos escolares del IEEPO, siendo juez y
parte.
Lo cierto es que ahora ya se hizo un desmadre porque todo mundo,
desde organizaciones sociales y políticas o bien de grupúsculos de 10 o 20
manifestantes ya salen a las calles a bloquear la ciudad para exigir demandas
estratosféricas y, por consiguiente, ya tienen hostigada a la comunidad
oaxaqueña, ya que le causan un mal a terceras personas que ya no pueden
llegar a su trabajo o los alumnos a sus escuelas, lo que daña a la economía
estatal y regional-

Y por supuesto que el actual gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat
Hinojosa ya no ve lo duro sino lo tupido, ya no sabe qué hacer, pues a diario
hay un promedio de dos manifestaciones, que desquician a la capital
oaxaqueña con la toma de autobuses y de las instituciones gubernamentales.
En los últimos 7 años, es decir 4 del ex gobernador Gabino Cué
Monteagudo y tres, del actual, se han destinado mil 337 millones de pesos
para apaciguar a los manifestantes, bien para obras, servicios y proyectos sin
ningún control en el gasto de los recursos o para sus mochadas con el fin de
mantenerlos bajo control.
Lo cierto es que las manifestaciones de protesta vienen más
tempestuosas, ahora, que el presidente de México, Andrés Manuel López
Obrador, ya no otorgará más recursos directos a los mercenarios e
intermediarios o bien a los grupos y organizaciones, es decir, se acabaron los
moches y todo se entregará directamente a los beneficiarios, a los
campesinos, a los productores y organismos de solvencia moral, ni siquiera a
los maestros, sino a los padres de familia.
carloscastellanos52@hotmail.com

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