EL ZUMBIDO DEL MOSCARDÓN

ESTA TIERRA DE COCULA

Por: Alejandro Leyva Aguilar


Ya pasaron 8 años de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa Guerrero, esa misma “normal”, donde estudió y se graduó Lucio Cabañas Barrientos, guerrillero fundador de la Liga 23 de septiembre en la década de los setenta y cuyos remanentes después formaron al Ejército Popular Revolucionario más recientemente.

Por cierto, no es casualidad que ahí justamente en la Isidro Burgos, haya estudiado y se haya graduado Genaro Vásquez Rojas, otro maestro sindicalista que pasó a la clandestinidad y luchó contra el orden establecido. ¿Qué tiene la Isidro Burgos?, ¿en verdad es “normal” o es un semillero de guerrilleros?

Y habría que dejarlo claro, de la Normal de Ayotzinapa, no solo son 43 los desaparecidos, hay muchos más que entraron en la clandestinidad a sumar las filas de milicias insurgentes como la extinta Liga 23 de septiembre, el Ejército Popular Revolucionario, el Ejército Revolucionario de Pueblo Insurgente, la Brigada de Ajusticiamiento Ricardo Flores Magón o el Frente Magonista de Liberación Nacional.

Esos dos guerrilleros que combatieron al ejército en los años setenta, Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vásquez Rojas, nos desvelan un poco el talante combativo de la Isidro Burgos, pero además nos advierten de la preparación que deben tener esas milicias subversivas para enfrentar precisamente … al ejército mexicano.

Lo que pasó en la noche de Iguala, es un misterio que difícilmente se va a desvelar, primero porque hay militares involucrados y segundo porque en este país manda el ejército y los narcos en tiempos de esta cuatroté.

Recuerdo un mensaje en una plataforma de redes sociales que puso hace ocho años el estulto sacerdote Alejandro Solalinde que provocó una discusión entre él y yo que terminó en el bloqueo de mi cuenta, cuando aseguró que los 43 alumnos, de la normal, habían sido asesinados e incinerados en un basurero de Cocula.

Los registros de lo que dijo Alejandro Solalinde, ahí están y los dijo mucho antes de conocerse “la Verdad Histórica” de Jesús Murillo Karam. El sacerdote, ya lo sabía y lo supo justamente por sus probables nexos con el crimen organizado, por ejemplo, con la familia Abarca- Pineda que fueron detenidos en el gobierno de Peña Nieto y casi son liberados por López Obrador.

La “verdad histórica” de Jesus Murillo Karam, no dista mucho de la verdad de la cuatroté, ni la de Solalinde, pero como ya liberaron o están por liberar a los principales sospechosos (el matrimonio Abarca-Pineda) y por que “no somos iguales”, necesitan nuevos culpables y si están vestidos de verde olivo, mejor.

El problema que no midió el subsecretario Alejandro Encinas, es que los milicos son amigos del peje, ellos y los narcos, son su binomio favorito para mantener el control de la maltrecha administración que ya fenece y por tanto, la decisión de dictar auto de formal prisión contra cuatro militares, le pega en su larga boca al peje lagarto de Macuspana.

Por eso no es bueno escupir al cielo. El peje lo hizo hace ocho años y ahora debe tragarse sus propias palabras cuando él mismo acusó al ejército de la desaparición de los normalistas, ese mismo ejército que ahora quiere en las calles, disfrazado de Guardia Nacional, para que desaparezca a quien le plazca.

Encinas se topó con pared y en vez de verdugo, puede resultar sacrificado porque la defensa de los cuatro militares contra quienes se dictó auto de formal prisión, acusó al subsecretario de gobernación, de manipular y politizar el informe de la Comisión de la Verdad -que han sido puras mentiras como todo en la cuatroté- , por lo que analizan actuar penalmente en su contra.

Los abogados de los militares, Alejandro Robledo y César Omar González representantes del general José Rodríguez y del capitán José Martínez, así como del subteniente Fabian Pirita y del sargento Eduardo Mota, señalaron que el informe está “plagado de falsedades, conjeturas y especulaciones” ¿será?, si eso no se le da a la cuatroté.

Los abogados, dejaron en claro que hasta antes de difundirse el informe, no se contaba con indicio alguno de que existieran capturas de pantalla con las supuestas conversaciones entre narcos y uniformados, por lo que no se sabe cómo, dónde, cuándo ni de quien se obtuvieron, lo cual abre la posibilidad de que se estén “presentando por parte del subsecretario Encinas”, conversaciones falsas.

También dijeron que acusan injustificadamente al teniente Francisco Macías de ser el inmediato superior del soldado Julio César López que es uno de los normalistas desaparecidos, y no adoptar medidas para buscarlo y protegerlo, lo cual es falso, ya que el primero pertenecía al 50vo Batallón de Infantería y el segundo al 27avo, por lo que no tenían relación y por otro lado, Macías estaba comisionado a un centro de adiestramiento en Petatlán Guerrero.

Si Encinas acusa, está obligado a probar sus dichos y una captura de pantalla se me hace la cosa más infantil que se le pudo haber ocurrido. En épocas de Pablo Escobar en los 80´s las comunicaciones sensibles eran al través de satelitales y no de BlackBerry, así que en el supuesto hipotético de que haya habido comunicación entre narcos y militares ¿ustedes creen que van a dejar huella?, ¡por favor, eso que lo crean los chairos que le creen todo al peje!.

Lo que si es una realidad, es que históricamente la Isidro Burgos y el Ejército, se han enfrentado en varias ocasiones, quizá no los normalistas, pero los profesores egresados de ella, sí y de qué hay más desaparecidos de esa normal, es un hecho incontrovertible.

@leyvaguilar
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