DE MEZCAL Y OTROS BEMOLES

LA MUJER Y EL MEZCAL

Por: Dra. Blanca Esther SALVADOR MARTÍNEZ


En este artículo se hace una pausa a la línea de los agaves, que se retomará en breve, para dar paso a un tema de suma importancia.
La agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que emana de la ONU, tiene dentro de sus Objetivos de desarrollo sostenible la equidad de género, que tiene como uno de sus aspectos de impacto el empoderamiento de la Mujer.

De ahí que todos los miembros de la ONU deben alinear sus políticas públicas a esta agenda, y armonizar su legislación para hacerla acorde a estos objetivos de política internacional.

Curiosamente, pareciera que en atención a esto tenemos hoy en día un gran número de mujeres mezcaleras. Pero no es así, Oaxaca se ha distinguido por no ser una entidad industrial, sino una entidad que vive del turismo.

Las fuentes de empleo en Oaxaca son escasas. Lo que ha llevado a que una gran parte de la población de las comunidades indígenas migre a los Estados Unidos en busca de oportunidades de trabajo y mejorar sus ingresos.

La migración del género masculino ha generado que la mujer en sus comunidades se encargue de trabajaos a los que tradicionalmente se han dedicado los varones, como por ejemplo la siembra de los campos, y también la destilación de mezcal.

De ahí que hoy en día, el oficio de la destilación también es un oficio realizado por mujeres.

Cabe mencionar que, no obstante existe un gran número de mujeres destiladoras, pocas veces se les reconoce, ya que son mujeres que no son visibilizadas.
La mujer destiladora habla zapoteco, vive en el campo y pocas veces es fotografiada, entrevistada o aparece en titulares o lugares de reflectores, o de la política.

Si bien existe un gran número de mujeres dedicadas a la comercialización del mezcal, quienes dada la actividad que realizan buscan la promoción y aparecer con sus marcas en titulares, o agruparse para posicionarse económica y políticamente; realmente debe distinguirse este trabajo de mercadeo y política, del trabajo que realiza la mujer destiladora.

Por otra parte, el trabajo de esta mujer destiladora tampoco es el resultado de una política pública, o de que los gobiernos propicien este trabajo, ya que no existen políticas públicas en Oaxaca destinadas a impulsar la industria del mezcal, y menos aún a impulsar o resaltar este trabajo en la mujer oaxaqueña, no obstante, la importancia que tiene tanto económica como culturalmente.

Sin embargo, se debe hacer notar que la mujer destiladora contribuye en forma activa, tanto a la conservación de la cultura del mezcal, como también al crecimiento económico de sus comunidades, incluso participa como exportadora, lo cual se refleja en la balanza comercial mexicana.

La mujer destiladora es económicamente activa, no recibe apoyos gubernamentales por ser mujer destiladora, por edad o por estar inscrita en una escuela. Sin embargo, genera fuentes de empleo.

La mujer destiladora trabaja en el campo bajo el sol, lugar en donde siembra, cultiva o selecciona maguey para cortar y destilar.

Si bien se ayuda del género masculino para trabajos que por su condición física no puede realizar, ella, lidera la producción, y pasa noches en vela para obtener cada gota del elixir de los dioses llamado mezcal.

A la par de eso, atiende a los hijos, la cocina y da tequio en su comunidad.

Aunque muchas mujeres se vieron en la necesidad de aprender el oficio de destilar debido a la migración de sus parejas, y poder subsistir en tanto sus compañeros les enviaban remesas; hoy también hay otras razones que llevan a las mujeres a desempeñar este oficio.

Actualmente, hay mujeres destiladoras de distintas edades, tanto muy jóvenes, como también mujeres maduras; algunas de ellas aprendieron el oficio de sus padres, otras, de sus esposos o maridos; y otras han decidido aprender el oficio porque les agrada este trabajo y son conscientes de que es parte de su cultura.

Algunas son madres solteras, algunas viudas como resultado de la pandemia, otras casadas que trabajan a la par de sus esposos; otras solteras responsables de sus padres o hermanos menores.

Debe mencionarse, que ninguna de ellas es resultado de una política pública para la equidad de género, menos aún para el empoderamiento de la mujer en esta industria; sin embargo se empodera como líder de su fábrica y jefa de familia.

La mujer destiladora o maestra mezcalera, es en muchas ocasiones invisible porque no hay políticas públicas que las visibilicen y empoderen, que resalten la valía de su trabajo, como mujer indígena productora, empresaria e incluso exportadora.

Lejano a la existencia de políticas públicas estatales o nacionales, en algunos casos las mujeres destiladoras han sido visibilizadas por la mercadotecnia de las marcas internacionales para las que fabrican mezcal.

Esto es, las marcas internacionales han visibilizado a estas mujeres en mercados internacionales, pero no en México; porque sus compradores valoran su trabajo y dan a conocer a estas mujeres dentro de un escenario comercial. Como dice el dicho: “nadie es profeta en su tierra”.

Las mujeres que no han tenido esta posibilidad o fortuna, siguen trabajando de manera invisible. La pregunta es: ¿Por qué la Agenda 2030 no alcanza a estas mujeres?

¡Vale la pena resaltar este trabajo y darle su lugar a la mujer mezcalera!!

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