REALIDADES

No habrá Guelaguetza, pero estamos perdiendo mucho más

Erick García Barroso*

El mes de Julio es uno de los momentos más importantes de Oaxaca, todos los reflectores apuntan a esta tierra mágica, y ella, que se sabe lucirse, supera todas las expectativas. En Oaxaca, no hay lugar que no esté listo para mostrar lo mejor. El estado es reconocido mundialmente por sus por sus múltiples culturas, las tradiciones de sus regiones, cada una única e inigualable; Oaxaca es tierra de magia, de sabor, colores y alegría y una de las máximas expresiones la podemos ver en los “Lunes del Cerro” en el “fortín”.

Oaxaca se pone de colores y se prepara para recibir a cientos de personas de todo el mundo para mostrar todo su esplendor con sus bailes y danzas, ya sea en la “Rotonda de las azucenas” en el Cerro del Fortín, la plazuela “El pañuelito”, “Bajo el Laurel” del zócalo de la ciudad y en los municipios que se unen a la fiesta, hermanándose con otras comunidades para presentar un despliegue de talentos que muestran con orgullo una probadita de sus lugares de origen.

Para cada representante es un orgullo vestir un huipil o ropa tradicional de su comunidad, contar las tradiciones de sus pueblos a través de sus bailes, sones y jarabes ante miles o millones de espectadores, y representa una de las experiencias más únicas y espectaculares que se puede tener y que no cualquiera podemos realizar.

¡Qué placer es poder caminar por las calles llenas de color y música! ¡Sentarte y comer una empanada de amarillo, o cualquiera de las delicias que se amotinan en los pasillos de la capital oaxaqueña!, podemos probar un pedazo de cada región, acompañado de un téjate, chocolate, horchata y para que baje bien la comida un mezcalito.

Recientemente la ciudad de Oaxaca fue elegida por los lectores de la revista Travel + Leisure como la número uno entre los veinticinco mejores destinos turísticos en el planeta. Uno de sus principales atractivos ha sido el homenaje a las diferentes regiones del estado que, con motivo del cuarto centenario de la fundación de la capital, se ha organizado desde 1932. Desde entonces, se realiza una Guelaguetza (regalo de gente) en la que se representa con bailables regionales la riqueza de las regiones que componen al estado, este año se cumplirían ochenta y ocho años de la primera vez que se presentó la Guelaguetza en la rotonda de las azucenas.

Pero como ya se ha informado este año, Oaxaca no está listo para recibir a miles de turistas de todo el mundo, no se puede y no se debe, en contexto, al 17 de julio de 2020 en México hay más de 331 mil casos de contagios por COVID-19 de cuales 8, 374 son de Oaxaca, las casi 40 mil pérdidas humanas que ha dejado esta emergencia sanitaria en el país es el mejor motivo para decidir quedarnos en casa. Este 2020, Oaxaca no podrá estar de fiesta, las condiciones de posibles contagios y una sociedad con múltiples carencias hacen que Oaxaca no esté listo para recibir a miles de turistas de todo el mundo, el estado tiene todo para ofrecer a quien lo visite, pero este año lo mejor es quedarse en casa.

Por iniciativa del Gobierno del Estado, se hizo un esfuerzo por continuar con la tradición implementando una cartelera virtual de las fiestas de la Guelaguezta, integrada por una serie de eventos y programas de acuerdo a la calendarización de estas fiestas en condiciones normales, y así de esta forma poder llevar a todos los rincones del mundo la magia de la Guelaguetza en un trabajo coordinado por las Secretarías de las Culturas y Artes de Oaxaca, Turismo y Economía, además del Sistema DIF Oaxaca.

Pero quienes hemos vivido estas celebraciones sabemos que no hay punto de comparación con la alegría y la majestuosidad que se vive en el estado en estas fechas, tal vez los oaxaqueños no somos los culpables del inicio de esta pandemia, pero sí tenemos culpa de su ritmo de propagación el cómo hemos enfrentado la contingencia, Oaxaca hoy pierde su fiesta, pero la sociedad estría perdiendo mucho más.

Según varios medios de comunicación, Oaxaca regresa la siguiente semana a semáforo rojo, lo que significa máximo riesgo; pero ¿por qué? porque cuando nos dijeron estamos en semáforo “naranja” salimos a pasear a los parques, empezamos a hacer fiestas, el cubrebocas ya nos estorbaba y empezamos a hacer nuestra vida “normal”.

Hoy los oaxaqueños estamos en los reflectores, hemos regresado al máximo riesgo por nuestra irresponsabilidad, por nuestro mal actuar, al no entender que perdemos más al no acatar las medidas de prevención y cuidados que se nos ha indicado para enfrentar la pandemia y como resultado de estas malas prácticas el número de personas contagiadas va en aumento de manera alarmante.

Oaxaca no está mostrando hoy su esplendor y tradición, estamos mostrando nuestra imprudencia al salir con el cubrebocas mal puesto o peor aún sin él, al hacer fiestas, aglomerar los espacios públicos, al instalar el tianguis o al no respetar la Sana Distancia en los lugares pequeños como el transporte público.

Estoy muy consciente de las complicaciones económicas que la pandemia ha generado en cientos de personas, pero es el momento de hacer el esfuerzo, de adecuarnos a nuestra nueva realidad – esta no es nuestra normalidad – debemos ser responsables de nuestro actuar y las consecuencias que genera en nuestro círculo cercano y en quienes pudieran llegar a estar en nuestro entorno.

Estamos perdiendo la batalla y no lo hemos entendido, cada vez hay más casos de personas cercanas que están enfrentando la enfermedad y si pensabas que a ti no podía pasarte verás que si puede, seamos responsables en nuestro actuar para cuidarnos y cuidar a quienes amamos y para que pronto podamos volver a mostrar la grandeza de nuestra tierra.

 

*Consultor en comunicación y marketing.

 

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