ESPECTÁCULO FINANCIERO DE PRESIDENCIA
Por: Francisco Alejandro LEYVA AGUILAR
Lo que sucedió el martes pasado en Palacio Nacional y sus alrededores, me recuerda mucho a una parte de la película “El Padrino” de Francis Ford Coppola, basada en la novela homónima de Mario Puzo, cuando Michael Corleone (Al Pacino), llega a La Habana Cuba interesado en invertir en el negocio de los casinos y sostiene, junto con otros inversionistas, una reunión con el dictador Fulgencio Batista, mientras Fidel Castro y el “Che” Guevara, están a punto de derrocar al sistema.
Michael Corleone en su estancia en La Habana, se da percata que la guerrilla va a triunfar y el régimen de Batista sucumbirá a la guerrilla de Fidel Castro y su movimiento del 26 de julio, simplemente porque sabe que los guerrilleros luchan por pasión y no por interés o sueldo, así que con antelación, prepara su regreso a Estados Unidos y se lleva sus millones.
Guardadas todas las proporciones, el martes pasado sucedió algo similar en México. La Presidente (CON E) Claudia Sheinbaum invitó a una pléyade de Chief Executive Officer o CEO´s de empresas mexicanas y estadounidenses, para asegurarles garantías en sus proyectos de inversión en México.
Los hombres de negocios en México, encabezados por Francisco Cervantes, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CEE), llegaron hasta la calle de Moneda en el Centro Histórico de la Ciudad de México para entrevistarse con la mandataria y con su secretario de Economía Marcelo Ebrard, pero al mismo tiempo, los trabajadores del Poder Judicial en paro, llegaron hasta Palacio Nacional para lanzar sus protestas por la controvertida reforma judicial en español y en inglés.
Y no eran 15, sino varias centenas de trabajadores cuyos derechos han sido pisoteados por la mal llamada reforma judicial que ese mismo martes, había decidido en una tómbola, cuál vulgar lotería, qué puestos se elegirán en 2025 y cuáles en 2027 en el poder judicial, de acuerdo al resultado de las bolitas en la urna. Obvio los personeros del sistema como Arturo Saldívar no dijeron que fue por tómbola, sino por insaculación.
Habría que explicarle al muy Lelo de la Rea, qué insaculación quiere decir literalmente, poner en un saco, urna u otro recipiente papeletas o bolas con números o con nombre de personas o cosas PARA UN SORTEO. Eso fue lo que todo México vio en el Senado de la República en una situación que da pena ajena.
Me puedo imaginar a los inversionistas estadounidense, preocupados porque tuvieron que dejar la puerta uno, para meterse por la puerta tres de Palacio Nacional, caminando entre los manifestantes y escuchando las consignas que lanzaban en contra de la reforma judicial que es justamente el motivo por el que la presidente los mandó llamar.
Es decir, el impacto de una reforma judicial en la que se pretende elegir a los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial a través de una tómbola, no garantiza para nada la certidumbre jurídica que necesitan los inversionistas para traer su dinero a México y para crear obras de infraestructura de producción, si esas inversiones son susceptibles de expropiación con jueces a modo del sistema.
Lo mismo que Michael Corleone en “El Padrino”, aquellos empresarios que tengan el mínimo temor de que sus inversiones no están seguras por falta de transparencia y de imparcialidad en posibles juicios, lo que harán será llevarse su dinero y sus inversiones a otro lado ¿Brasil tal vez?, aprovechando el nearshoring.
No con la saliva de Marcelo Ebrard y de la Presidente, van a convencer a los inversionistas de que México es una buena opción para dejar aquí su dinero, cuando la inestabilidad financiera y social es evidente. Lo que pasa en todo el país con el narcotráfico desbordado y las manifestaciones de la sociedad en contra de las reformas retrógradas del sistema, además de la proyección de crecimiento casi nulo de nuestro país, según calificadores internacionales, son ingredientes que los dueños del dinero siempre tienen presente.
Antes de asumir la presidencia, Claudia Sheinbaum dijo que la reforma judicial iba a ser revisada con calma y los mercados reaccionaron positivamente, luego el peje le dio la instrucción de vomitar que la reforma sería una realidad y el super peso perdió 20% de su valor. Lo que el martes quiso hacer la Presidente, fue justamente calmar los mercados y, sin embargo el dólar amaneció hoy a 19.88, es decir, no sirvió de nada el show de Marcelo.