EL ZUMBIDO DEL MOSCARDÓN

LA CONFUSIÓN

Por: Francisco Alejandro Leyva Aguilar

“Protejamos el Palacio”, dice el peje ¿protegerlo de las mujeres que marcharon ayer?, me parece una declaración muy desafortunada, por decir lo menos y me lastima -creo que a las mujeres también- la narrativa que ha ocupado el “presidente”, así en minúsculas y entre comillas, para descalificar y minimizar un movimiento feminista que se ha incrementado a lo largo de estos cuatro años del gobierno de quienes ellas identifican como “opresor”.

Pero no son las mujeres las que deben preocuparle al peje. Hoy un juez federal le concedió un amparo a Ovidio Guzmán -o a quien el gobierno mexicano presentó como Ovidio Guzmán en el Altiplano- para que no fuera extraditado a los Estados Unidos y eso es una bomba de tiempo para López y su gobierno.

Escribí en una columna anterior que si Estados Unidos exigía al Gobierno Mexicano la extradición de Ovidio Guzmán, la vida de los López valdría menos que una moneda un centavo mexicano, es decir, estaría en la mira de la venganza del poderoso cartel de Sinaloa.

Y si a eso le sumamos el secuestro de cuatro norteamericanos y el asesinato de dos de ellos, que ha causado un revuelo en los medios y en las instituciones en Estados Unidos, más la exigencia de congresistas para declarar a los cárteles de la droga mexicanos como narco terroristas, pues podemos pensar que el talante del peje no ha de estar muy de buenas que digamos.

La rata está atorada en su madriguera y eso lo saben los estadounidenses que no quitan el dedo del renglón diciendo que el peje, es un “presidente”, que no hace absolutamente nada para combatir la producción de drogas sintéticas que son enviadas a su país sin que el Gobierno Mexicano actúe al respecto.

Hagamos una pregunta seria ¿es Ovidio Guzmán el que está preso en Almoloya de Juárez?, o ¿es un chivo expiatorio?… las imágenes que se difundieron después de su captura que por cierto son muy escasas, no dejan en claro si la persona presentada en el Altiplano, es en realidad el hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, por eso llama la atención que esa persona que está presa, haya dicho a un juez que “se equivocaron, que él no es el hijo del Chapo Guzmán”.

De ser cierta esta revelación, quiere decir que el gobierno de López Obrador está jugando con fuego porque está engañando a la justicia norteamericana, lo que le puede costar muy caro en términos políticos y quizá sociales por la posibilidad de una intervención armada de la milicia gringa para combatir a los carteles mexicanos.

Lo cierto es que con la declaración de hoy del “presidente”, que asegura que en Estados Unidos se hace “politiquería”, está cavando su propia tumba, aunque -hay que decirlo- tiene sus ases bajo la manga y esos ases son precisamente los carteles de la droga que con toda evidencia son protegidos desde Palacio Nacional.

El otro as, es el ejército y hay que ver por quién está compuesto este grupo armado. Hace unos días un lector de esta columna, que es una persona que conozco desde hace muchos años, militar de carrera, me aseguró que, en su desesperación, el ejército está contratando personal que no es mexicano, sujetos tatuados de espalda y pecho que forman parte de la Guardia Nacional.

Mi informante vio a uno de estos “elementos” en el Hospital Militar en la Ciudad de México en una de las camas, lo escuchó hablar con acento centroamericano e incluso una dama que lo acompañaba, fue retirada de esas salas de recuperación justamente por tener el acento salvadoreño. ¿Por qué López está trayendo a posibles delincuentes para que engrosen las filas del ejército?, ¿es por eso que los militares y la Guardia Nacional no obedecen ordenes de sus superiores y acribillan a civiles son compasión como ocurrió en Nuevo Laredo Tamaulipas?, ¿le apuesta López a la generalización de la violencia en México para asegurar su elección en 2024?

Son preguntas que nos debemos hacer los mexicanos, pero además debemos exigir las respuestas porque el peje está jugando con nuestras libertades, con nuestra democracia, con nuestras instituciones y eso los ciudadanos no lo podemos permitir. Por eso le da pánico una marcha de civiles defendiendo al INE, por eso le preocupan cientos de miles de mujeres exigiendo justicia, porque sabe que “el pueblo pone y el pueblo quita”, por tanto quiere que la responsabilidad, como en los peores años del priismo, recaiga en el Gobierno.

Grave que en vez de proteger a las mujeres, el peje quiera proteger el Palacio Nacional; grave que se haya apurado a encontrar a 4 estadunidenses cuando en México hay 120 mil desaparecidos; grave que critique a la prensa y a las instituciones de los Estados Unidos que exigen respuestas; grave que no tenga la más remota idea de cómo debe gobernarse este país, por sus yerros, nos perjudican a todos.

@leyvaguilar
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