MEGA FRAUDE ELECTORAL A LA VISTA TODOS
por: Raymundo IBÁÑEZ DEL CASTILLO
Para imponer la dictadura comunista en México, disfrazada de «socialismo del siglo XXI», el autoritarismo presidencial y la mafia en el poder, comandada desde Palacio Nacional, tuvo que recurrir al evidente fraude electoral, que está a la vista de todos los mexicanos, porque no le dieron los resultados esperados la elección de Estado, para así cumplir la consigna de dominación mundial del judaísmo internacional.
Sin ningún respeto de la tribu de Israel hacia los mexicanos, desde Palacio Nacional, orquestaron el fraude electoral más visto, más aberrante y asqueroso, que se había dado en este país, donde los más de 131.1 millones de mexicanos, merecemos vivir mejor, con Paz, con Seguridad, con Tranquilidad, con Justicia y con Democracia.
Sin embargo, en un proceso electoral y en una jornada, como la del domingo 2 de junio, que pudo ser la mejor de todas en la historia del México moderno e independiente, fueron vilmente violentados y pisoteados, los principios rectores del Instituto Nacional Electoral (INE).
Tanto la certeza, como la legalidad, la independencia, la imparcialidad y la máxima publicidad y la objetividad, fueron brutalmente violentadas y pisoteadas, nada más, ni nada menos, que desde las entrañas de eso que llaman Instituto Nacional Electoral, con la dizque «consejera presidenta», Guadalupe Taddei Zavala, a la cabeza, como fiel instrumento del autoritarismo y de la imposición en México, de la dictadura comunista, disfrazada de «socialismo del siglo XXI».
Los principios rectores del INE, están en evidencia y en total duda, cuando que en esta elección del domingo 2 de junio, debieron reafirmarse contundentemente, con la participación de la ciudadanía, de millones de mexicanos, que confiaron en esta institución, que ni es instituto, tampoco nacional y menos electoral.
Ante la evidencia del gran mega fraude electoral tan abrumadora y contundente, quedan en entredicho las acciones del INE, durante el proceso electoral 2023-2024, porque carecen de veracidad, como también de legalidad, toda vez que actuaron sin apego al mandato constitucional, así como la falta de Independencia, porque las decisiones, no fueron tomadas con absoluta libertad y con apego a la ley.
Por si todo esto no fuera suficiente, tampoco se cuidó la imparcialidad, al no velar permanentemente por el interés de la sociedad y menos de los 131.1 millones de mexicanos, que conformamos esta gran nación; ni siquiera de los casi 100 millones de electores, que cívica y patrióticamente, participarían en la jornada electoral dominical, tanto en el país como el extranjero.
Y todavía más: la información en poder de eso que llaman Instituto Nacional Electoral (INE), sin merecerlo, en ningún momento se hizo pública, con oportunidad y transparencia y, consecuentemente, se violentó otro de los principios rectores de la institución, que debería de ser totalmente ciudadanizada, como es la máxima publicidad.
En fin, lo que está claro, es que contrariamente a sus ínfulas de superioridad, prepotencia e intolerancia, que caracterizan a la anti mexicana y a los de su tribu de Israel, la judía Claudia Sheinbaum Pardo, totalmente al servicio de la conjura de dominación mundial del judaísmo, se sujetó a los designios de su amo, con todo y que en plena campaña política electoral, sin ningún respeto para los mexicanos y los electores, como ya es común en ella, se atrevió a decir, que este arroz, – refiriéndose a las elecciones-, ya se había cocido; y que la elección para la Presidencia de la República, era solamente cuestión de trámite.
