SE NOS FUE BLANCA
Por: Carlos ALCÁZAR CASTELLANOS
Se nos fue Blanca Pineda Arellano- una mujer extraordinaria- de bello oficio: gestora de asuntos del campo y servicios públicos a las comunidades; ¿ahora quien la sustituirá? – por, cierto- insustituible, nadie la suplirá; fue única y auténtica- lideresa con valores y principios de honestidad y calidad moral.
Generosa, cordial, atenta, educada y carismática con dotes de magia en su trato y relaciones humanas, como- la lideresa natural y sin maquillajes de ostentación, ni ínfulas de grandeza, siempre- afable y respetuosa a las opiniones de los demás- a quienes escuchaba con atención- y por supuesto- tenía una respuesta y solución a todas las demandas sociales.
Como dirigente de la Alianza Indígena Campesina- su mente y corazón estaba ahí, en los graves problemas del campo y en el sentir de los campesinos, a los que dio- una esperanza y cumplimiento a sus promesas de la tenencia de la tierra y de límites, pero también, pugnó- por los créditos y apoyos para las ramas de la producción.
Su fallecimiento ocurrido el miércoles 29 de mayo causó gran conmoción social, pues, no se esperaba tan triste noticia; fue sensible y un valle de lágrimas para tanta gente que la conoció- sobre todo en el medio rural y urbano por su forma de ser y calidad de vida, siempre sencilla- y un talante de magia, que atraía amistades y buenas relaciones, era una maravilla en su trato.
Fue y seguirá siendo un imán por su gentileza y generosidad, ejemplo de formalidad; pues, ella fue su palabra, siempre cumplida; su herencia, es el ejemplo de madre y timón para sus apreciadas hijas, formadas con cimientos y pilares sólidos- y fundamentados en meritorios principios y valores de la mujer que les dio a vida.
También, ejemplo de ética- por su capacidad de gestión y trámites a infinidad de familias de bajos recursos y graves problemas sociales- derivados de la pobreza y marginación en el medio indígena y urbanos, beneficiados con el apoyo incondicional de Blanca.
las obras y servicios públicos fueron prioritarias en su agenda de trabajo y minutas, que el gobierno tenía que cumplir en su momento, cuestión de tramites, a veces, engorrosos, pero salían adelante, pues- valía mucho- las buenas relaciones de Blanca, muy conocida en la función pública; tenía las puertas abiertas del palacio de gobierno y funcionarios del gabinete-
Su vida era esa, la de tejer fino, sus propuestas, planes y estrategias para respaldar las demandas y gestiones de las comunidades marginadas, a las que nunca quedó mal, además, que- siempre actuó, con transparencia- y los más, importante- con la participación ciudadana, nada se hacía sin la voluntad y consentimiento del pueblo.
Así, nunca- escatimó esfuerzos y sacrificios, menos- las inclemencias del temporal- ella era puntual en sus citas con la ciudadanía, llegaba- por los medios a su alcance- cruzando terracerías y veredas escabrosas, lo importante- era escuchar a los marginados de las comunidades intrincadas en las lejanías.
El tema toral- que defendía- era el flujo migratorio de miles de familias oaxaqueñas a los Estados Unidos de América- en busca de alternativas de subsistencia, pese- al trato injusto y discriminatorio de las autoridades del vecino país del norte y la complicidad del gobierno mexicano.
