Amor y prejuicio en tiempo de COVID.

Por: Alejandra Blanco Macias.

Estimados lectores, hoy voy a hablar de un tema erisozo, de esos que te incomodan cuando los lees y hacen que te preguntes y te cuestiones y te saquen de tu zona de confort!!!! Ahhhhh no quiero!!!! Pero sí, señores y señoras, alguien tiene que hacerlo y tú, como mi buen héroe o heroína, me acompañarás en este ensueño.

Cuando comenzó la pandemia y llegó a México yo, como creo que muchos de ustedes, estaba muy asustada! ¿Cómo cambiará mi vida, qué tengo que hacer para que yo y mi familia sobrevivamos al fin del mundo? Si, ya sé, estaba exagerando pero estaba asustada, muy asustada! Lo primero que vino a mi cabeza fue, adiós al personal de aseo! Y Aunque hace tiempo que conozco a “X” y ella me ayuda a hacer el aseo y la comida en casa pensé, utiliza dos camiones para llegar, me puede contagiar!!! Y ojo, aquí es donde tenemos que prender nuestra alarma de clasismo!: 1) yo también salgo de casa y voy al super, los miembros de mi familia también salen, pero no los dejo fuera de casa porque pueden contagiar a “X”. No, ni siquiera se me ocurrió que yo o mi familia podríamos contagiar a “X” ;2) afortunadamente y me gusta presumirlo, tengo tres neuronas bien conectadas! Así que casi de inmediato me pregunté ¿De qué van a vivir ella y su familia? Y luego imaginé a los miles de personas que podrían quedar desempleadas por gente como yo, que por prejuicios despiden a quienes les ayudan y viven con ellas. Sentí un nudo en el estomago ¿Y el covid?? Digo, yo tengo una enfermedad autoinmune… Luego vi en la tele y escuché en la radio todas las medidas para protegernos cuando salgamos de casa, así que me dije no, no puedo cuidarme sólo a mí y a mi familia!! Además “X” es también mi familia así que, con desinfectante en mano y cubrebocas nuevo “X” sigue trabajando en casa. ¿Y saben qué? No nos ha pasado nada!

Segunda alarma de clasismo. Como les dije tengo una enfermedad autoinmune y eso ha hecho que mi dieta sea estricta para cuidar mi salud. En consecuencia, debo visitar varias tiendas para poder hacer el “super o la despensa” de la manera más sana para mí y mi familia. Cuando comenzó la pandemia me dije, adiós a la tienda “Y” donde compro mi verdura barata y hola a hacer todo mi super en la tienda “Z”, que es la más limpia y por cierto la más cara! ¿Escuchan ese ruidito molesto? No soy yo, es esa ruidosa conciencia que todos llevamos dentro. Sí, claro, es bueno comprar en una tienda cara en la que todos van con cubrebocas y se toman en serio el “solo una persona por familia”. Sin embargo y gracias a esas tres neuronas molestas, me quedé pensando ¿Qué no llevo yo cubrebocas y careta? ¿Qué no me baño cuando llego a casa y desinfecto mis cosas? Entonces ¿Por qué no voy a la tienda “Z”? Así que ahora salgo a donde sea necesario, pero siempre con las precauciones necesarias.

Todo lo anterior hizo que me preguntara qué otros prejuicios y miedos tengo. Pero lo que me hizo escribir este artículo no fue sólo el análisis de mis prejuicios, es algo más preocupante. Trabajo de voluntaria en una organización que dona despensas a personas que fueron despedidas a causa del covid y no tienen qué comer. ¿Y saben quienes son los más necesitados? Pues el personal de aseo y los albañiles! Eso me hizo pensar ¿Será que nos alejamos de los más diferentes a nosotros por miedo y prejuicio? Y tuve que ser honesta conmigo. Si tuviera que estar cerca de alguien, preferiría que fueran mis amigos y mi familia, y supondría que ellos no se han contagiado. Me sentiría segura, pero la verdad es que todos estamos expuestos. Todos podemos ser portadores sin síntomas y no, no digo esto para asustarnos más, sino para confrontar nuestros miedos con un poquito de razón y amor.

El miedo a morir es uno de nuestros grandes motores de vida y nos protege de riesgos innecesarios. Sin embargo, nuestro miedo sin raciocinio puede afectarnos. Basta con ver cómo han subido los casos de trastornos psicológicos en esta pandemia. Además, mis miedos pueden afectar a otros! Entonces ¿Qué hacemos? Cuídate, usa cubrebocas y careta cuando salgas, cuida a los que te rodean, no despidas a los que dependen de ti, sólo enséñales a cuidarse. Todos somos importantes, todos nos necesitamos unos a los otros. Si queremos una mejor sociedad es necesario recordar que tus acciones o falta de ellas nos afectan a todos. Y cuando enfrentes tus miedos ten esto presente: No estás sólo, todos estamos junto a ti.

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