ANDARIEGO Y MÁS …

Abulia social, despotismo político.

José Hernando Martínez-Bastida S.

 

4 mil 426 personas con diagnóstico positivo al Virus SARS-CoV-2, lo que es el registro de 200 contagios en 24 horas y según sus estadísticas, de los Servicios de Salud de Oaxaca, solamente hubo 2 personas más que requieren tratamiento médico para la infección viral.

Lo que significa el doble de los registros que se habían tenido en nel estado y que, por los periodos de gestación del virus, coinciden con el inicio de la llamada “nueva normalidad”, que en muchas partes del estado provocó que los habitantes del estado se desaislaran.

Pero ya vamos a el semáforo anaranjado, que permitirá se reactive la economía oaxaqueña, parece cierto, pero de las funerarias, mal chiste de la genealogía política del estado y de la falta de acción, pura sobrevivencia, del verdadero oaxaqueño.

Parte de la desazón de una nueva enfermedad y que genera una respuesta inusitada e inimaginable, que modificó, en 3 meses todas las perspectivas de vida, no sólo en nuestro estado, sino, en el país y el mundo entero.

Lo que hace más lamentable, que los actores políticos, sociales y económicos, en Oaxaca, no hayan podido estar a la altura, en lo político es evidente el abandono a los ciudadanos, a su suerte, los lideres sociales, solo piensan en mantener sus privilegios y sus ventajas.

Punto aparte es el sector económico, donde se ve a los dueños de los capitales y de los centros de producción, empresas, económicos, buscaron capitalizar, sobre todo principio ético, la desgracia ajena, aumentos de precio y acaparamiento de productos de primera necesidad.

Esa es la realidad que deja al descubierto la pandemia, no del estado, no de los oaxaqueños, sino, de las personas, públicas y privadas, en la que el mismo ciudadano ha permitido se empoderen y sean factores de decisión, pero nunca es tarde para rectificar.

Además, un terremoto de 7.5 de magnitud de momento, grados Richter sólo en menores de 6.9, que es el momento oportuno para desviar la atención, vemos hospitales recién remodelados, que ya presentan daños, a pesar de que no hay clases, escuelas nuevas y vacías con daños.

Habrá responsables o bastará para que el “pueblo bueno” se vuelque agradecido por sus atenciones, por las que les paga, para solucionar estos desastres, que no son culpa de nadie, pero si consecuencia de muchos.

Lo que sería una verdadera muestra de que se quiere gobernar, es empezar a enjuiciar, ante la justicia, no mediáticamente, a los responsables, de que el oaxaqueño no tenga posibilidades de salir adelante, con sus propios esfuerzos y capacidades.

La codependencia social, es esperar a que los órganos, no los dirigentes, públicos instrumenten programas para solucionar una crisis, sea general o personal, sin que implique un esfuerzo o aprovechamiento de sus capacidades para solucionarla.

Si fuera así, el ciudadano promedio, en una sociedad con un adecuado desarrollo social, con sus propias habilidades y mediante el uso de organismos públicos que le permitan el uso de acciones que propicien la solución al problema que enfrenta.

No es difícil, si usted enferma, crisis, necesita un médico, si el estado tiene un buen sistema de salud, ahí lo busca, en su trabajo no hay problema porque justifica con un documento oficial, se cura y regresa a trabajar, solamente debe ir al médico, cumplir con el tratamiento y ser honesto.

Pero nuestra realidad, es que se siente mal y si quiere sanar rápido, tendrá que ir a un médico privado, por que las instituciones, son deficientes, burocráticas e ineficaces, pierde dinero por que en su trabajo no le valen el justificante, tiene que exagerar y buscar sacar ventaja.

 

ANDAMOS …

Entradas relacionadas