ARENA POLÍTICA

ROSARIO ROBLES, ¿VENGANZA O TRAICION?

Mario CASTELLANOS ALCAZAR

Lozoya goza de libertad condicionada. Rosario Robles, no

México vive momentos de una encrucijada histórica en cuanto a la aplicación de la justicia, puente primordial del combate a la corrupción; o se ejerce en la restitución de los derechos humanos o se simula bajo el manto de la Cuarta Transformación de México.

Y es que, en el tema de la corrupción, ahora o nunca, bajo la lupa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se pone en tela de juicio, la procuración de la justicia, como el arma primordial para lograr la estabilidad política, económica y social de los mexicanos, que están a la expectativa y absortos por encontrar un equilibrio en el poder judicial, así, como la plena autonomía entre el Ejecutivo y Legislativo.

Viene a colación porque existen casos inéditos en el aparato judicial, como lo es el propio sistema acusatorio adversarial, según, un sistema que acabará con la corrupción, el rezago de los asuntos judiciales y la agilización de la justicia, que pone en jaque a los mexicanos, que no entienden las posturas presidenciales, por el hecho de criminalizar los actos de corrupción y grandes fraudes de los gobiernos neoliberales PRI- PAN, a los que trata de ahogar a través de la censura por encima de los jurídico- legal.

Es decir, someter a consenso o consulta ciudadana, los casos de la corrupción y delitos relacionados con los fraudes, que se traducen en el enriquecimiento ilícito de los gobernantes, políticos y funcionarios públicos, que si son de carácter jurídico, solo corresponden a los tribunales de la justicia mexicana y de ninguna manera se prestan al manipuleo de lo que diga la ciudadanía a mano alzada porque esta medida es anticonstitucional.

Así, como, el caso más reciente, referente a la encarcelación de la política mexicana, Rosario Robles Berlanga, ex Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) y ex Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), quien cumplió un año en el reclusorio de Santa Martha Acatitla de la ciudad de México, acusada de la Estafa Maestra, que incluye una red de corrupción con un fraude de los cinco mil 73 millones de pesos.

Un caso, que está siendo estigmatizado y, en consecuencia, los conservadores o bien opositores y no opositores, sino, que implica, la razón para enunciar una disparidad, capricho o venganza del gobierno de Obrador en contra de Rosario Robles en relación con la detención del ex Director de Petróleos Mexicanos, (PEMEX), Emilio Lozoya Austin, ambos funcionarios del gabinete del ex presidente Enrique Peña Nieto (PRI).

Son casos muy semejantes, cortados con la misma tijera, que se traducen en delitos de corrupción y desfalco al erario público; Emilio Lozoya, goza de las prerrogativas de ley, privilegiado como testigo colaborador, protegido o invitado para que denuncie a sus cómplices de los sobornos de la empresa brasileña, Odebrecht, que engloban 10.5 millones de dólares destinados en parte a la campaña electoral de Peña Nieto en el año 2012.

La misma, Rosario Robles Berlanga, en ocasión de haber cumplido un año en la prisión, emitió un comunicado en el que marca las injusticias en su contra, producto de venganzas del gobierno, el silencio y la traición de quienes la dejaron sola, cuando debiera tener las mismas prerrogativas de ley, que el gobierno de Obrador concede a Lozoya. ¿o es que Rosario es fiel sus principios y lealtad a sus jefes?

Si recordamos, que el ex presidente Enrique Peña Nieto, también es cómplice la Estafa Maestra, porque, la entonces funcionaria le informó en tiempo y forma de lo que sucedía, es decir, del fraude que orquestaban funcionarios menores al otorgar contratos o convenios a instituciones gubernamentales y universidades del país con fines fraudulentos de empresas fantasmas.

El 13 de abril del año 2013 el entonces presidente de México, Peña Nieto, le dijo a Rosario Robles Berlanga: “Rosario no te preocupes”, así, le respondió cuando le informaba lo de la Estafa Maestra, que llegó a ser el escándalo más mortífero del sexenio del gobierno federal, que presume a Peña Nieto como el presidente más corrupto y débil para ejercer el Estado de Derecho, lo que terminó en la caída del sistema político PRI- Gobierno en las elecciones del año 2018.

No todo termina con Rosario Robles, apenas es el inicio del rosario de la corrupción, ahora viene el desenlace del combate y la lucha del poder entre la izquierda y la derecha, trenzados de las mechas, entre el presidente López Obrador (MORENA) y el expresidente Felipe Calderón Hinojosa ( derecha), este último relacionado con la detención de Genaro García Luna, quien fue su Secretario de Seguridad Pública, aprehendido en Estados Unidos de América por los delitos de asociación delictuosa, lavado de dinero y nexos con el narcotráfico.

De esta hebra, se soltó una cascada de denuncias del uno contra el otro, con el tema del narcotráfico, de modo, que el presidente López Obrador cayó en el juego político, poco acertado para su representación y jerarquía, que ostenta. Dice que en el sexenio de Calderón- 2006 – 2012 imperó el narco estado y un clima de complicidades y entrega del gobierno a la delincuencia organizada, por lo que lo instó a que declare todo lo que sabe de quien fue su Secretario de Seguridad o acaso ¿no se enteró?

Lo cierto es que Calderón cayó en actos de prepotencia, al tú por tú, disputándose la supremacía, es decir, una lucha entre la izquierda y la derecha, acusando a Obrador, de ser el presidente que se congracia con la delincuencia organizada, de dejar en libertad de Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, además de saludar de mano a la madre del chapito, Griselda López.

Todo esto es una madeja de contradicciones que ponen en tela de juicio al gobierno de la izquierda mexicana, mientras hay en el país una amalgama de problemas y demandas en lo económico, político y social, derivados de la pandemia del coronavirus, la pandemia económica, la violencia e inseguridad que prevalece.

carloscastellanos52@hotmil.com

 

 

 

 

 

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