EL REPUNTE DEL COVID- 19. Y ESTAMOS PEOR.
Mario CASTELLANOS ALCAZAR
México ya entró a la tercera fase del coronavirus- COVID- 19- y estamos en las mismas condiciones, con las mismas carencias y un desfallecimiento político, económico y social del gobierno federal y, asimismo, los estatales, que difícilmente llegan a compaginar- y todo se hace una revuelta.
Las medidas a seguir son las mismas- quédate en casa y guarda la sana distancia. No saludes de mano, beso y abrazo, entre otras, para evitar el contagio de la pandemia, que, a decir de los expertos, durante los primeros días de mayo se vendrá en cascada. Luego se pone en peligro la vida de miles de mexicanos que no siguen al pie de la letra las indicaciones de salubridad.
Por eso, en lo político, económico y social, estamos en las mismas condiciones- y algo peor, porque la pandemia se viene politizando. Los partidos políticos hacen del virus carne de cañón para derribar a sus adversarios, así, los empresarios ya no encuentran la salida y se enfrascan en una lucha encarnizada con el gobierno federal. Este les responde que ni “maíz palomo”. Es decir, no habrá rescate económico para los grandes inversionistas.
Este trance va de menos a más- alcanza a los sectores sociales, que por cierto, están contrariados con ellos mismos y contra los gobiernos, así, el federal y los mandatarios estatales, que algunas veces apoyan las disposiciones de la autoridad sanitaria y otros, botan al gobierno federal “por sus incongruencias y falta de sensibilidad”, pero a veces, esto resulta una falacia o lo que son las poses políticas para desquitar su coraje, sobre todo los conservadores y fifís que quieren gozar de privilegios, es decir, quieren sacar raja de la pandemia.
También alcanza a los periodistas, que, sino informan lo convenido oficialmente, si discrepan y critican para corregir los rumbos, estos son censurados por el mismo gobierno federal y algunas veces por los estatales, a decir porque todo lo quieren a su modo y de acuerdo a sus intereses políticos.
Así como ocurrió la semana pasada en el noticiero de TV Azteca en donde se presentó un inconveniente con el periodista Javier Alatorre, quien “manifestó que las conferencias de prensa del epidemiológico Hugo López Gatell ya son irrelevantes y es mejor que ya no le hagan caso”, lo que bastó a los fanáticos de la izquierda para armar un borlote, porque según, esta incitando a la violencia y desobediencia, que cunde el mal ejemplo para la sociedad mexicana.
El caso es que este incidente tiene tintes políticos entre el presidente López Obrador y el dueño de este canal televisivo, Ricardo Salinas Pliego, por cuestiones del poder; en consecuencia, están midiendo su poder político y económico, por lo que Javier Alatorre no actuó de modo propio, sino que fue tomado como “el caballito de batalla” y Gatell como un chivo expiatorio del gobierno federal.
En consecuencia, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero envió a TV Azteca un apercibimiento que recayó en Alatorre, es decir, el gobierno federal aprovechó esta oportunidad para recriminar la libertad de expresión, en tanto que Obrador y Salinas Pliego son valores entendidos, tanto, que este acaudalado empresario, dueño de TV Azteca, Elektra y el Banco Azteca adeuda al fisco 32 mil millones de pesos, que posiblemente le serán condonados. Los dos se tapan con la misma cobija.
Sin embargo, nada ha pasado con los gobernadores de Baja California, Jaime Bonilla Valdez y el de Michoacán, Silvano Aureoles, quienes han despotricado en contra del gobierno federal y el Secretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, a quienes tachan de incongruentes, por lo que no respetarán las medidas tomadas por la federación. En el caso de Michoacán, hace caso omiso a las fechas del regreso a clases y el levantamiento de la cuarentena.
Asimismo, Bonilla se le fue a la yugular a López Gatell, porque este, no informa los datos precisos de las afectaciones de la pandemia, en el caso de los contagiados, por lo que no es creíble- y lo que pasa es que el gobernante no está en coordinación con el gobierno federal, pese a que es un gobernador de MORENA.
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