COVID 19, ARMA DE POLITICOS OAXAQUEÑOS
Mario CASTELLANOS ALCAZAR
Resulta irónico que en plena contingencia del coronavirus COVID – 19, políticos oaxaqueños están haciendo precampañas electorales subrepticias, utilizando como bandera política la pandemia, que amenaza con cobrar más vidas de oaxaqueños.
El comportamiento de los protagonistas que aspiran el poder político en las próximas elecciones del año 2021 y 2022 , hacen caso omiso de la contingencia y las medidas sanitarias para repeler la pandemia, que en Oaxaca no es la excepción, y por tanto, deben aplicarse los protocolos dictados por el gobierno federal y los estatales; en el caso de Oaxaca, los políticos ponen de manifiesto su ambición desmedida- y les importa poco la vida de los oaxaqueños.
Es el poder desmedido, que los impulsa a burlarse de sus electores en el caso de los gobernantes, diputados locales, federales, senadores y presidentes municipales, que se desviven por llegar a ocupar otro puesto de elección popular en los próximos procesos electorales, por lo que estos están dando el clásico madruguete a los tiempos que marca el calendario electoral, pero más que todo, en este tiempo de crisis, que se requiere del apoyo y ayuda de los políticos a las familias oaxaqueñas, que están pasando momentos de hambre y preocupación de ser presas de la pandemia.
Así, tenemos al diputado federal y representante el Partido del Trabajo (PT) en Oaxaca, Benjamín Roble Montoya, el eterno aspirante a la gubernatura de Oaxaca, quien está haciendo una precampaña abierta, mediática, desde luego en los medios de comunicación: radio, televisión y por supuesto en redes sociales para hacerse notar políticamente con el fin de contender nuevamente por la misma representación popular con las siglas del PT- MORENA.
Es mucha la prepotencia de este político, quien en plena contingencia ocupa los mejores espacios en los medios de comunicación, abanderando la Cuarta Transformación de México del presidente, Andrés Manuel López Obrador, argumentando que vamos bien con la política del cambio del Ejecutivo de la izquierda mexicana, tanto en lo económico, lo político y lo social sin entender que no es así, debido a que a más de un año del gobierno obradorista no se ve claro en cuanto al avance en la economía, no obstante la inseguridad y la violencia que permea a nivel nacional, incluyendo a Oaxaca en donde existen visos de ingobernabilidad ante los graves problemas que se agudizan por la pandemia del coronavirus, por carecer en esta entidad de los recursos necesarios para el combate de este padecimiento.
Robles Montoya es un michoacano que trata de hacer política en Oaxaca en donde pretende sentar sus reales, pese a sus antecedentes de ser parte del equipo del ex gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, quien dejó las arcas vacías con un presunto fraude de 13 mil millones de pesos y en proceso de juicio político, por lo que recientemente fue citado a comparecer por la Fiscalía General de la República.
No solamente hablamos de Montoya, sino de otros políticos trasnochados, entre estos: el senador de Morena, Salomón Jara Cruz y la delegada especial de los programas Bienestar en Oaxaca, Nancy Ortiz Cabrera, también en precampaña camuflajeada en busca de la gubernatura de la entidad oaxaqueña, estos últimos recorren las comunidades haciendo gala de la política de Obrador, pues se tapan con la misma cobija de la Cuarta Transformación.
Nancy fue correteada de la costa oaxaqueña luego de que en Huatulco y una decena más de comunidades de dicha región realizó sus asambleas masivas para entregar los apoyos Bienestar a las personas de la tercera edad, lo que representa un riesgo para la propagación del coronavirus, sin embargo, sigue haciendo sus reuniones, desobedeciendo las reglas sanitarias para extinguir el coronavirus.
De Salomón, no digamos, aprovecha hábilmente cualquier eventualidad, más ahora con el coronavirus para hacerse presente como el “chapulín colorado” con el fin de arengar y rumiar la política de López Obrador, haciendo énfasis de los programas sociales de la izquierda mexicana para beneficiar a los más pobres de la nación, argumentando que Oaxaca y el país va muy bien y todo es “bombo y platillo”.
No digamos, el protagonismo de los diputados de la LXIV Legislatura de Oaxaca, que se paran el cuello con la bandera del coronavirus, por ejemplo, la diputada morenista, Magaly López Domínguez, la más alzada y engreída por el poder. Esta mujer está en todo, Fue protagonista en la aprobación del aborto y de los matrimonios de parejas del mismo género, lo que causó en rechazo de la sociedad oaxaqueña.
Ahora, con el coronavirus se da baños de grandeza, haciendo vehementes exhortos al gobierno estatal, al federal, a las autoridades municipales y otros sectores de la sociedad oaxaqueña para que cumplan con sus obligaciones y se pronuncia por un programa de austeridad, que bien debe aplicar el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa a quien pide la reducción de los gastos públicos, de viáticos, giras de trabajo, publicidad, transporte y arrendamientos. El buen juez empieza por su propia casa, sin entender que la Cámara de Diputados es un cochinero en donde los fraudes al presupuesto cameral están a la orden del día.
Además no tiene calidad moral al igual que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Horacio Sosa Villavicencio, (MORENA), Cesar Morales Niño (PT), Gloria Sánchez López (MORENA), Aleida Serrano ( Independiente), Gustavo Díaz, (PRI) y Alejandro Avilés Álvarez, entre otros, que aprovechan la pandemia, hacerse notar y decir aquí estoy para brincar a una diputación federal, una senaduría o una presidencia municipal.
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