Dice don López que “hace 20 años la Comisión Federal de Electricidad, producía toda la energía eléctrica que necesitaba el país y que hoy, después del periodo neoliberal, México solo produce la mitad y la otra la paga a precios estratosféricos”.
Con la CFE pasa algo parecido que con PEMEX, aunque el potencial que tiene la Comisión para ser rentable, es mucho mayor que el de Petróleos Mexicanos. El peje no ha entendido nada respecto de las nuevas tecnologías y la necesidad de voltear a los inversionistas extranjeros para volvernos autosuficientes en materia energética como -dijera él- hace 20 años.
La reacción de don López respecto del T-MEC en metería energética, se debió a la carta que, tanto demócratas como republicanos le hicieron llegar al Presidente gringo Donald Trump, respecto de la política que ha tomado el gobierno de la transformación de cuarta al no cumplir con los compromisos contraídos en la postergada firma del Tratado de Libre Comercio para América del Norte.
Los gringos no están conformes y, si le sumamos el asunto del general Salvador Cienfuegos y la declaración del Canciller Marcelo Ebrard de “replantear los términos de la relación bilateral con Estados Unidos en materia de seguridad y la relación con la DEA”, pues podemos imaginarnos la posibilidad de que la intervención de los Estados Unidos para hacer cumplir los compromisos, sea en extremo fuerte.
Pero aclarémosle un poco asunto al inútil que vive en Palacio Nacional y déjenme poner como ejemplo a Oaxaca. En el gobierno de Diódoro Carrasco Altamirano, permitieron pruebas de generación de energía eléctrica a partir de los vientos en un lugar llamado “la Ventosa” en el Istmo de Tehuantepec, las pruebas que hizo una empresa canadiense que instaló 6 aerogeneradores superó el doble de producción de gigavatios esperados.
La lógica nos decía a todos, que el siguiente paso era la construcción de granjas eoloeléctricas en toda la franja istmeña característica por mantener vientos constantes que incluso causan accidentes derribando camiones tráilers que por ahí pasan, el problema fue que la Constitución no permitía entonces la generación de energía por parte de particulares y la CFE no tenía -ni tiene- la tecnología para producir -lo mismo qué pasa con el petróleo de las aguas profundas con Pemex-.
Había que cambiar la Constitución para permitir que empresas extranjeras con esa capacidad, pudieran producir energía y, con los “gobiernos neoliberales”, sucedió. Hoy la zona del Istmo de Tehuantepec está llena de aerogeneradores y la electricidad en esas comunidades es verdaderamente barata, en algunos casos, gratuita.
El incómodo inquilino de Palacio Nacional piensa que sacar petróleo, es lo mismo que sacar agua de un pozo “solo hay que perforar y ya, no hay ciencia” dice el inútil ese, piensa que producir energía eléctrica como hace 20 años cuando había 40 millones de mexicanos menos y muchas de sus comunidades no tenían luz, es lo mismo que abastecer de energía eléctrica a 130 millones de mexicanos que hoy la demandamos.
Supone el inepto “presidente”, así en minúsculas y entrecomillas, que las presas hidroeléctricas que acumulan los cursos de agua y dañan el medio ambiente, son más efectivas que las energías limpias a las que la CFE no tiene acceso, mucho menos a las granjas fotovoltaicas que no contaminan.
Pero además en su infinita necedad, don López incumple compromisos contraídos en un Tratado Comercial Internacional en el que estamos obligados a cumplir nuestra parte so pena incluso de embargos.
Parafraseando al anciano de Macuspana, este gobierno de cuarta, “le está quitando la amarras al tigre” y aquí no va a estar ni Fidel, ni Maduro para que lo defiendan.
Hay una espada Damocles apuntando a la mollera hueca de don López que, como buena chachalaca tropical, está siendo víctima de sus propios dichos; fue a Washington a ofrecer cooperación con la crema y nata de los neoliberales, hoy debe cumplir porque no les lo mismo prometerle a 30 millones de chairos, que a un reducido grupo de hombres de negocios respaldados por el loco Donald… al tiempo.
