Por: Mario CASTELLANOS ALCÁZAR
Gerardo vive. Está presente. Respetemos su memoria, sus principios y valores; irradia amor, felicidad, ternura, paz y armonía- no ha expirado, inspira plenitud y lealtad. Se siente su resuello y vibra la luz de la vida, eso sí, algún día nos volveremos a ver frente a frente porque tenemos un compromiso de lealtad, los unos a los otros, siempre de la mano del todopoderoso.
Jamás dejaremos de amarnos porque somos uno, de un mismo árbol, de una misma raíz, de un mismo tronco y tallo, la savia está con nosotros- y somos la misma conciencia, descendencia, de la misma naturaleza- es más, del mismo universo progenitor y de la misma constelación divina.
Gerardo Castellanos Alcázar, es mi hermano, orgulloso de ello, también un buen esposo, un buen padre, un ciudadano, primero un buen hijo- y luego- un gran ejemplo, fuente de inspiración y gran talento, respetado y valorado por sus anhelos de superación familiar, siempre- fluyendo amor y felicidad, inspirado en la doctrina del bien.
El 23 de septiembre cumpliría 67 años de vida- tras dos años y seis meses de su partida al infinito glorioso en “donde estuvo de manteles largos- prodigiosos y bendecidos con los arcángeles y a la vista de Señor, que todo lo puede y todo lo hace con sus hijos apegados a los mandamientos, misterios, los decretos y mandatos místicos de la verdad y la justicia”.
En la faz de la tierra, sus hijos y familiares con alteza espiritual, celebraron este día- el 67 natalicio de Gerardo- con mucho amor y reconocimiento, por los valores y principios inculcados, como el progenitor a sus alumbramientos- que les dio vida, educación, hábitos, responsabilidades- fe en Dios- y respeto al derecho ajeno, inculcados a no mentir- honrar la memoria de los ancestros y a no falsificar derechos y conductas.
La familia recordó esta fecha- y por supuesto- fue de tributos, aplausos, reconocimientos y plegarias para Gerardo- un gran hermano- que a fuerza de trabajo y sacrificio logró salir adelante- de profesión: Ingeniero Civil- al servicio de la Secretaría de Salud- en la bella tierra de Juchitán de Zaragoza, en donde- hizo su carrera y fincó su futuro.
Una familia feliz- de prospectos, próspera y abundante. Su esposa Ciria Guadalupe Jiménez- en paz descanse. Sus hijos, todos profesionistas: Claudia, Carmela, Guadalupe y Gerardo, agradecidos con la vida y con el grato recuerdo de su padre.
Todo es historia-la familia- amamos a los nuestros, creemos en las relaciones humanas, en el respeto a los demás- salvo excepciones, a la vez- honramos a nuestros antecesores- que se nos adelantaron, estos- son venerados con el ejemplo, cuidamos de no profanar ni contradecir los preceptos de nuestros antecesores, dignos de alabanza.
Gerardo es apoyo moral, a quien honramos a plenitud. Seguimos su ejemplo de pulcritud. Es un gran hermano, no lo tocamos, ni violamos sus principios y valores, lo respetamos y propagamos su lealtad- no hacemos lo contrario, ni falsificamos conductas- y el que lo haga, queda en el escarnio- todo conforme al derecho sublime por el bien de todos. Honor y gloria. Feliz cumpleaños.
