LA SED DE OAXACA
Alejandro Leyva Aguilar
Después de poco más de un año de gobierno de Salomón Jara, por fin vi al secretario de las Infraestructuras Nezahualcóyotl Salvatierra en una conferencia de prensa dando a conocer las acciones que el gobierno del zapoteco hará para paliar -porque no lo va a resolver- el problema del agua en la capital y en los municipios conurbados.
Hace uso días escribí sobre la muerte del río Atoyac y las implicaciones que eso tuvo respecto del suministro de agua en los Valles Centrales. El problema no lo va a resolver el gobierno, no solo porque no tiene la menor idea de cómo hacerlo, sino porque todo debe empezar en la educación de las personas que no nos importa el tema de la falta de agua que no es privativo de Oaxaca, sino en todo el mundo.
Bien dicen que, si hubo guerras por el petróleo, la próxima de las conflagraciones va a ser por el agua porque sin petróleo podemos vivir, pero sin agua no; entonces quien la posea, tendrá poder y por tanto su posesión será asunto de violencia y de guerra, será un asunto de supervivencia.
En Oaxaca tenemos muchos años de yerros. La muerte del Atoyac es uno de ellos, pero también lo es la deforestación, sobre todo de la Sierra Sur donde hay comunidades que desde hace aproximadamente 20 años se han quedado ya sin bosques como los Ozolotepec donde la tala indiscriminada ha hecho que llueva menos en la zona.
Aun en estos tiempos, uno puede ver al pie de la cuesta de Miahuatlán, un cementerio de pinos que bajan de la Sierra Sur, ya no de los Ozolotepec, pero sí de lugares como San José del Pacífico, San Mateo Río Hondo, San Pedro el Alto, San Andrés Paxtlán o la Ciénega, un lugar que apenas hace unos 10 años tenía un bosque impresionante.
La necesidad de dinero, la carestía de la vida, la ignorancia, ha hecho que los dueños de los terrenos donde están los bosques, hayan vendido los árboles a los talamontes sin saber que son recursos renovables y que era obligación de ellos mismos, plantar 10 árboles por cada uno talado y cuidarlos, regarlos y fertilizarlos para garantizar que el bosque perdure al igual que el ecosistema que alimenta.
Ozolotepec se llama así, porque ahí había ocelotes, unos gatos monteses hermosos que ya no se ven por esas serranías y si había felinos del tamaño de los ocelotes y los tigrillos, era porque también había mamíferos grandes como el venado cola blanca y el jabalí… eso ahí, ya es historia.
Necesitamos que llueva más y para eso necesitamos árboles. Si lo que pretendemos es captar el agua pluvial para tratar de almacenarla, primero debemos garantizar que llueva así que una de las primeras acciones que debería hacer el gobernador zapoteco, es retirar los permisos de explotación forestal.
Si se acuerda el imberbe gobernador, en un natal Sierra Norte, en Betaza, antes el índice de precipitaciones era mayor porque había más bosque, así que antes de pensar en paliativos debe pensar en soluciones aunque eso de pensar, como que no se la da.