MEZCAL, INTERCULTURALIDAD Y TRANSCULTURIZACIÓN
Por: Dra. Blanca Esther SALVADOR MARTÍNEZ
En la actualidad cuando se habla de derechos humanos se habla de los pueblos indígenas y de la interculturalidad.
Con estas líneas la que escribe trata de llamar la atención de los sociólogos y antropólogos.
Lo anterior con el fin de detenerse a estudiar el interesante fenómeno que origina el mezcal en los pueblos de Oaxaca.
Cuando se habla de interculturalidad, los derechos humanos puntualizan los aspectos de relaciones entre culturas distintas en un escenario de respeto.
La interculturalidad lleva implícita la relación horizontal de igual a igual, o en palabras de Ignacio Burgoa conocido por los abogados, es una relación donde no existe la supra a subordinación.
En las relaciones comerciales se hablaría de un ganar – ganar.
Por otra parte; cuando se habla de transculturación, se refiere a la asimilación que una cultura hace de otra.
En la coyuntura actual que se presenta en los negocios de mezcal, se observa que tanto la interculturalidad como transculturación están presentes.
Lo anterior se observa en las relaciones que ha generado la industria del mezcal entre los productores de mezcal y sus familias con sus compradores extranjeros.
Trátese de norteamericanos, sudamericanos, europeos o asiáticos, usen el dólar o el euro, la libra, el yen u otra moneda, su lenguaje común es el mezcal.
Hoy se puede ver que, las negociaciones entre culturas distintas, lleva como finalidad común, más allá de las ventas de mezcal, el expandir la cultura de los pueblos productores de mezcal.
Esto se debe a que el consumidor aprecia más el líquido si conoce el rostro o nombre de la persona que lo hace y su historia familiar; así como el proceso y la pureza del líquido.
El comprador venga del país que venga, en la mayoría de los casos trata de asimilar la cultura que subyace en la bebida. Porque esto será un elemento mercadológico que le servirá para llegar al consumidor.
En este proceso, no sólo el comprador trata de asimilar esta cultura, sino todos los miembros del equipo de marketing, llámese sommeliers, barman´s, catadores, chefs, directores de ventas, equipo de filmación incluso.
Todas estas personas visitan los pueblos de Oaxaca para conocer el proceso, la historia familiar y las tradiciones y la cultura de las comunidades productoras de mezcal.
La convivencia se realiza en las comunidades en un entorno actividades cotidianas y gastronomía oaxaqueña, entre aromas y sabores de tortillas de maíz criollo, o en la apertura del horno de tierra de donde se ha cocido la barbacoa de chivo, de donde sale también la botella de mezcal que lo acompañó en el cocimiento.
O bien al lado del bracero en el que se cuecen las memelas, que se acompañan con la salsa elaborada con chiles que la familia del productor de mezcal cultivó y cosechó de su parcela al momento que la esposa o hijas hicieran la salsa.
Por mencionar algunos ejemplos, que crean el marco perfecto de estas convivencias, que para los sentidos y asombro del visitante pueden dejar atrás al restaurante más caro y gourmet de la ciudad.
No se requieren manteles a juego con las servilletas, son suficientes incluso hasta los troncos que sirven de mesa al lado de los braceros.
Todo ello es parte de la cultura del mezcal que el comprador termina amando a la par que el mezcal, y la calidez de la familia con la que convive y con la que crea lazos fraternos más allá de la relación comercial.
Por su parte, también las familias mezcaleras aceptan y asimilan aspectos de las distintas culturas del mundo.
Como ejemplos están el que hoy los productores de mezcal, además de contar con la tradicional jícara y el carrizo para beber el mezcal, que va de mano en mano; también cuentan con recipientes como el vaso artesanal, el vaso de veladora e incluso el vaso de plástico que se usan sólo por una ocasión, y se cambian en cada prueba de mezcal; con el fin de brindar el recipiente que más se adecue a la cultura del visitante, o a la técnica de degustación.
Dentro de los aspectos comerciales hoy las fábricas de mezcal han mejorado su presentación, a la par que conservan su autenticidad, al mismo tiempo han creado lugares adecuados para recibir a visitantes extranjeros.
Las relaciones comerciales son interculturales; ya que de otro modo los negocios no podrían ser equitativos; se requiere respetar la forma de negociar del productor, las costumbres que yacen en la producción, las leyes mexicanas y también las leyes y costumbres comerciales de los países de los compradores.
Debe mencionarse que estas relaciones de interculturalidad y transculturación, no sólo se ciñen a una compraventa.
Si bien derivan de una compraventa; esta se construye de un trato entre personas que conviven en el marco de las culturas de los pueblos productores de mezcal.
Los extranjeros hoy en día no sólo viajan para comprar mezcal, sino también para convivir con las familias de sus proveedores, para estar presentes en las festividades locales y asimilar lo que el elixir de los dioses lleva inmerso.
Resulta curioso, hoy las personas de los pueblos en donde se produce mezcal han asimilado estas culturas de los extranjeros, en el tema comercial y también en su trato personal.
Lo anterior resulta muy benéfico para los negocios de mezcal; sin embargo, falta aún que los profesionistas que atienden a este sector también se preparen para este fenómeno.
El profesionista, y más aún si egresa de las universidades particulares se prepara para trabajar en oficinas, en donde se suele asistir con atuendos formales, más si se trata del gremio legal que puede resultar incluso ortodoxo hasta en los colores de la vestimenta.
Sin embargo, es de suma importancia que los profesionistas en Oaxaca, más allá de la vestimenta, se preparen para atender al principal productor de mezcal del mundo, porque Oaxaca representa más del ochenta por ciento de la producción de mezcal de la región protegida por la denominación de origen.
Es imperativo que el profesionista que atiende este sector hable al menos inglés, pero además de eso cuente con una visión sociológica que le permita adaptarse a los retos que exige esta interculturalidad y transculturación.
Los profesionistas que atienden a la industria del mezcal no pueden ser sólo de escritorio, este trabajo exige campo y sobre todo amor a la naturaleza, a la cultura que representa la bebida y al pueblo de Oaxaca.