EL ZUMBIDO DEL MOSCARDÓN

XÓCHITL EN OAXACA

Por: Francisco Alejandro LEYVA AGUILAR

Ayer y hoy Xóchitl Gálvez Ruiz está en Oaxaca (Oaxaca se escribe con X de Flor) y su presencia no pasó desapercibida como la de Silvano Aureoles o la de Miguel Ángel Mancera. Desde su llegada, la Senadora Hidalguense, sí que supo sumar a un nutrido grupo de personas, la mayoría de ellas de la Sociedad Civil, como empresarios, restauranteros, prestadores de servicios, hoteleros y constructores, entre muchos más sectores.

Claro que también hubo advenedizos de esos que hacen presencia solo cuando les conviene y de los que en vez de sumar, su sola presencia resta, aunque hay que dejarlo muy claro, Xóchitl Gálvez, es mucho más que unos cuantos que quieren llevar agua a su molino.

Xóchilt está en Oaxaca con el mismo propósito con el que va a reunirse con la clase social de toda la república y me encanta escucharla en los contrastes, me explico: lo mismo está en Monterrey con los hombres de negocios del país y les habla de la viabilidad de que sean los trabajadores quienes paguen sus seguros porque este país ya no aguanta esa carga, que viene a Oaxaca donde se concentra el 25 por ciento de las etnias del país y se mezcla con nuestros pueblos originarios.

Lo mismo dicta una conferencia sobre negocios, cambio climático o políticas públicas ante un público experto que se levanta y le aplaude, que viene a fundirse con las mujeres de los pueblos originarios hablándoles en su mismo idioma, el lenguaje del esfuerzo, del sacrificio, de la aspiración legítima para salir adelante. Xóchitl es un fenómeno muy interesante.

En 2012, tuvimos otro fenómeno mediático que se llama Enrique Peña Nieto y mucha razón tenía el peje cuando decía que era un candidato inflado por las televisoras que incluso le recomendaron casarse con la actriz del momento para que nuestra sucesión presidencial, fuera algo menos que una telenovela.

Las televisoras y coincido con López, crearon la percepción de un candidato exitoso, bien visto, de élite política, de alcurnia que llegaba a la candidatura a la presidencia después de haber gobernado el Estado de México con, digamos, buenos resultados. El problema es que Enrique Peña nunca capitalizó esa popularidad y esa percepción que crearon a su alrededor.

Por eso, la ciudadanía, harta de tanta simulación y poco resultado, optó por la tercera vía que era López y su “proyecto alternativo de nación”, que a la vuelta de 5 años, ha resultado un rotundo fracaso, pero, dado que el mexicano no tiene más que dos opciones (la oligarquía o el populismo), el peje estaba seguro de que en 2024 iba a ganar la presidencia de la república y la mayoría de los escaños en la cámara de diputados y en la de senadores.

Fue el mismo López con su hígado, quien nos ofreció a los mexicanos, la tercera opción que es Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, porque ella lo retó dentro del marco legal y él perdió esa primera partida que lo puso loco de enojo. No es la primera vez que reacciona con el hígado, por usar el odio, mató a su hermano y a su amigo.

El grave problema para el peje, es que Xóchitl no es una mujer a la que hayan inflado los medios de comunicación, tampoco es una mujer a la que le hayan regalado nada y que tiene una historia de vida con la que se identifican millones de mexicanos que, hoy por hoy, son el Target del peje. La clase media baja y la popular, está identificada con la hidalguense, por eso, es un gran antídoto contra la narrativa del peje.

Ayer aquí en Oaxaca, nos dimos cuenta del arrastre que tiene Xóchitl con la sociedad civil, pero también la vimos con las artesanas indígenas con las que se siente muy a gusto y con las mujeres de varias procedencias a quienes se les pidió una cooperación de 300 pesos para una comida que gustosas habrían pagado de no ser porque la senadora lo prohibió.

Hoy estará en tierra mixteca y de ahí, se irá a Puebla a seguir su recorrido y considero que su proyección es ya imparable, por lo que seguro estoy que será nuestra próxima presidente, a menos que la Alianza Va por México no la deje pasar o que las huestes criminales del peje, la asesinen (que mi boca se haga chicharrón).

No es lejano que desde el propio poder y con los amigos que el peje tiene, desde militares hasta narcotraficantes, le pueda pasar algo a la Senadora, ella lo sabe, pero, también sabe que cuenta con el pueblo y de manera incondicional.

Oaxaca es un bastión morenista del peje y, al igual que las calles y el discurso, hoy le fue arrebatado por Xóchitl Gálvez sin mayor esfuerzo y eso debe tener al inquilino de Palacio Nacional, echando espuma por la boca.

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