ARENA POLÍTICA

CÁRCEL PARA LOZOYA, PURA POLÍTICA

Por: Mario CASTELLANOS ALCÄZAR

El dictamen del juez, Artemio Zúñiga, quien dictó cárcel preventiva justificada al ex director de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya, implicado en el fraude prohijado por la empresa Odebrech, causó en México, un caudal de suspicacias por el hecho de que la justicia sigue siendo un instrumento político por encima de lo jurídico.

De hecho, la justicia, aun en la Cuarta Transformación de México, la 4T, sigue en tela de juicio- y por supuesto, que se aplica bajo circunstancias políticas y las presiones de los grupos de poder, pues no ha cambiado, por lo que se aplica a unos y a otros no, dependiendo de los compromisos e intereses del gobierno mexicano.

En el caso de Emilio Lozoya, quien por primera vez pisó la cárcel en el Reclusorio Norte, luego de ser un testigo protegido, y se le permitió la prisión en libertad o bajo arraigo domiciliario, tras un fraude de 10. 5 millones de dólares, que recibió de la empresa brasileña, Odebrecht, la Fiscalía General de la República le modifico su proceso, sustituyendo su libertad condicionada por cárcel preventiva.

Por consiguiente, desde el día 3 de octubre, dejó su libertad para ser encarcelado, con un plazo de un mes para que presente las pruebas en contra de los imputados a los que delató de estar involucrados en dicho fraude, principalmente diputados y senadores, que recibieron fuertes cantidades de dinero para aprobar las iniciativas de ley del expresidente priista, Enrique Peña Nieto.

Es la corrupción del ahora, expresidente, Peña Nieto, quien tuvo que sobornar a los legisladores para que aprobarán, sobre todo, la Ley Energética y demás reformas estructurales, utilizando como carnada a Emilio Lozoya, quien se ha declarado confeso en el referido fraude.

Resulta que todo iba  bien, hasta que, tuvo incidir, la presión de la ciudadanía, en el sentido, que la justica no es paraje, y tiene sus preferencias, en este caso, el de Rosario Robles Berlanga, ex Secretaria de la entonces Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Territorial y Urbano (SEDATU), encarcelada desde hace 2 años en el reclusorio de Santa Martha Acatitla por fraude, que no se le ha comprobado.

Berlanga, está relacionada con la estafa maestra, que involucra más de 5 mil millones de pesos, sin que sea la operadora- y se le sometió a prisión preventiva antes de ser juzgada, sin embargo, los defraudadores están en libertad sin ser tocados por la justicia, por lo que está declarada presa política cuando debiera estar bajo proceso en arraigo domiciliaria.

Rosario enfrentó con valor civil a la justicia, nunca huyó, ni se fue al extranjero, haciendo valer la premisa: el que nada debe nada teme, ella se presentó con la frente en alto ante la justicia para responder a las imputaciones que el régimen del actual gobierno le responsabilizó, al decir de ella misma, por un revanchismo político.

Sin embargo, Emilio Lozoya, es un defraudador declarado, huyó de la justicia. Fue aprehendido en España, de donde fue extraditado por el gobierno mexicano para ser juzgado con las leyes mexicanas por los delitos de lavado de dinero, fraude y asociación delictuosa.

La diferencia estriba en que la Fiscalía General de la República, le brindó a Lozoya la prerrogativa de ser testigo protegido con todos los privilegios con la finalidad de que denunciara a los funcionarios y al mismo ex presidente, Peña Nieto, incluso, declaró en contra de diputados y senadores de haber entregado sumas de dinero para que aprobaran las leyes del peñanietismo.

No cumplió, todo dejó a medias, no ha comprobado las denuncias hechas, por lo que políticamente la Fiscalía General de la República, pidió al juez, se le revocara la libertad condicional para ingresar a la cárcel preventiva justificada, también, porque existe alto riesgo de fuga al extranjero para lo cual Lozoya cuenta con 2 millones de euros.

Dos fueron los factores políticos, porque no jurídicos, el primero, porque Emilio Lozoya, estando en reguardo domiciliario o en libertad provisional, sin salir de la ciudad de México, se le vio de plácemes comiendo a sus anchas en un restaurante de lujo en la capital del país, en un tono de burla para la justicia y al gobierno mexicano. 

El segundo factor fue la situación dispareja en la aplicación de la justicia, que le causó rubor al gobierno mexicano, ya que mientras Rosario Robles está en prisión preventiva por los delitos que no se le justificaron o porque no aceptó denunciar como cómplices de la estafa maestra, al ahora expresidente Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray, ex diplomático de Relaciones Exteriores.

La diferencia y la corrupción estriba, porque Rosario Robles está en prisión preventiva cuando debiera estar en arraigo domiciliario mientras Emilio Lozoya gozaba de tantos privilegios del sistema político mexicano, en libertad caucional, cuestión que le remordía la conciencia al gobierno mexicano, aunque diga, que no tiene nada que ver con la aplicación de la justicia.

carloscastellanos52@hotmail.com

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