ARENA POLÍTICA

FALLECE MI PADRE, HERMINIO BALTAZAR

Por: Mario CASTELLANOS ALCAZAR.

Eran tiempos remotos- históricos, por decir, tiempos convulsos, luego de la   Revolución Mexicana, que se había iniciado en el año de 1910, cuyos efectos fueron tardíos y prolongados, cuando mi padre legítimo de cuna humilde, Herminio Baltazar Castellanos Castellanos, llegó a este mundo para escribir su propia historia empírica, pero a la vez llena de una gran riqueza espiritual y de grandeza por su gran talento, sencillez, honestidad y muy identificado con la naturaleza humana.

 Su transición de vida fue de los años 1925- 2021- hasta ahí, su destino estaba marcado- y finalmente fallece con una gran satisfacción del deber cumplido, el 21 de marzo del año 2021 por la mañana a sus 96 años, justo con el amanecer de la primavera, fecha coincidente, porque fue eso: buena vibra, radiante de luz, lleno de amor, de ilusiones, de esperanza, con su alma tersa y brillante felicidad.

Esa fue la primavera de su vida y el invierno, llenos de fortaleza en una vida de matices, así lo concebía, porque en el verano y el otoño se la pasaba sembrando y labrando la tierra para recoger la poca semilla que le brindaba sus dos ejidos (parcelas) que solo tenía como herencia y más bien, su patrimonio, pero de ahí dependía parte de su vida en años atrás.

Esa fue su vida, pero también, fue un gran maestro de la industria de la construcción en obras rudimentarias de adobe, barro, tejas, carrizo, morillos   y cantera para los cimientos. Fue uno de los primeros pioneros en la construcción de la hoy vieja carretera Oaxaca- México, en la región de la mixteca- apenas se iniciaba la civilización y los beneficios de la Revolución Mexicana-  y trabajó en la obra hidráulica en las abruptas montañas de lo que ahora es la presa de Mal Paso Chiapas en las corrientes del caudaloso Río Grijalva en los años de los 1960, yo apenas tenía de 12 a 14 años de edad.

O también como jornalero, hasta ya entrado en sus años, lo que le permitía sobrevivir, sin lujos, pero con honestidad, modestia y sencillez, siempre apegado a la realidad, pero con amor al prójimo, un hombre de buena fe, de costumbres y tradiciones, honrando su nombre y a los suyos, en defensa de la familia, en la encomienda de sus buenos consejos, siempre respetando el derecho de los demás, las normas y reglas de una sana convivencia social. 

Siempre muy atento a la celebración de su cumple año, el 6 de enero, y los festejos del patrón de la comunidad de Reyes Etla, que se celebra el mero día de su nacimiento, en donde convivio sanamente con sus compadres, familiares, buenos amigos, hijos y allegados; solía, celebrar festejos de la virgen de la Guadalupe, la Soledad, la Juquilita y otras festividades, en aquellos ayeres, incluso brindaba con un mezcalito y dos que tres cervezas y todo salía bien.  

Que lucidez de hombre tan extraordinario, tan culto en su propia idiosincrasia, a su manera, a su cultura y conocimientos- pues si bien, no fue un hombre de estudios, ni títulos, es en realidad una enciclopedia, una biblioteca abierta en todos los temas dentro de sus experiencias adquiridas en la Universidad de la Vida, que compartía con sus allegados, con sus amigos- y más con su familia.

¿De que hablaba?, en realidad de todo un poco, así, de educación, de política, de religión, de temas del día o de las circunstancias del pasado, el presente y el futuro, que, si bien, no fue un político de carrera, a los que no daba mucha importancia, más bien, porque era un analista crítico y no le caían muy bien los gobiernos corruptos porque según son injustos, impunes y defraudadores, es decir, compartía con la legalidad, la justicia, la honradez, la participación ciudadana, por la democracia y por la libertad.

Un hombre muy razonado, centrado, logístico, siempre con una crítica constructiva- se inclinaba por las corrientes de izquierda, pues no era adicto a los aplausos, a las alabanzas, al besa manos, a la mentira, a la burocracia, era reservado. Es un gran señor, digno de reconocimiento por el deber cumplido por el solo hecho de ser el padre de siete hijos, cuatro con profesión, hechos con el trabajo y el esfuerzo porque no gozamos de fortunas ni privilegios, todo con el sacrificio y la jornada diaria, pero, aun así, prevalece la unidad y el respeto.

Un gran hombre, un gran constructor de su propio destino dentro de un mar de pobreza, hasta que sus hijos, ya profesionistas o no, trabajaron para hacer su vida, su destino y su familia, pero con un gran orgullo de tener como eje motor a un gran padre que nos estimulaba- y ciertamente se hizo de la familia Castellanos Alcázar, un cuerpo de bien, prestando sus servicios a la sociedad, honrando el nombre de nuestros héroes: nuestros padres.

Si les cuento, en esta familia, los nietos y sobrinos, que forman a la nueva generación, hay doctores con especialidades, enfermeras, maestros, educadoras, ingenieros, contadores, Licenciados en Administración, periodistas, maestrías y doctorados en Psicología de la Educación de la Universidad de Barcelona.

Es una amalgama difícil de derrumbar con mucha solidez y una fortaleza incólume, todo derivado de la misma cohesión y fuerza de mi padre, convertido en el abuelo prodigioso, quien se lleva una gran satisfacción del deber cumplido, pero a la vez nos deja, esa ruta, esa herencia, ese legado convertido en un cimiento que nadie puede destruir, solo el divino redentor que todo lo puede, pero siempre ha estado con nosotros.

Dios está con nosotros y con todos ustedes, se acuerda de todos, y nos hace sentir humanos con las mismas características y funciones en las etapas de la vida: el nacer, crecer, reproducir y morir, a cuyas teorías nos sujetamos como buenos correligionarios, dignos y orgullosos de que nuestro padre, Herminio Baltazar Castellanos Castellanos, cumplió con su cometido como un padre, muchas veces amigo, compañero y jefe de la familia.

 Descanse en paz mi querido padre- si algo le herede es mi modesta pluma para escribir esta despedida y asimismo, temas relacionados con la vida política, los cambios sociales, la situación económica del país, la incertidumbre, la violencia y todo lo relacionado con una vida justa e igualitaria, haciendo énfasis a la igualdad social con un sentido crítico porque al igual que mi padre a quien siento mucho, no me gustan los halagos, alabanzas ni lisonjas a los gobiernos corruptos.

Les pido su comprensión para manifestar que mi padre es el mejor del mundo, el más poderoso, sencillo, muy razonado y consciente, hablaba de todos los temas de la vida social, política, educación, religión y acontecimientos sin tener un título; lo hacía por sus conocimientos adquiridos en la práctica de la vida.

Y también convivía socialmente. En sus tiempos jóvenes decía salud con un mezcalito y unas cervezas, bromeaba, cantaba y bailaba. Una chulada de papá. Gratos recuerdos quedarán sembrados para siempre, lo llevo en el corazón. Lo llevo dentro.

carloscastellanos52@hotmail.com

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