LA PELEA POR LA PRIMERA MINORÍA
Por: Francisco Alejandro LEYVA AGUILAR
Tema obligado en Oaxaca la impugnación de la candidata al senado por el PRI María del Carmen Ricárdez Vela y la posterior designación de su hija Diana Carmelita Ángel Ricárdez, hija también de otro candidato plurinominal al senado por el PRI Francisco Ángel Villarreal.
Estuve platicando con algunas priistas este fin de semana y coincidieron en que “hay muchas mujeres que podrían ocupar el puesto vacante al senado de la república en vez de la hija de dos candidatos al senado, porque pareciera que es un asunto de cacicazgo familiar el que estamos viviendo en el PRI”.
Esas mujeres que, por supuesto su nombre no puedo revelar, me explicaron que por más buena intención, padrinazgo o compadrazgo que haya por parte del líder nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas con el matrimonio Ángel-Ricárdez, designaciones como la que hizo el fin de semana pasado, no le abonan en nada a la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruíz en Oaxaca.
Pereciera, me dijeron que desde el viejo edificio de Insurgentes Norte, pretenden hacer perder a Xóchitl Gálvez al menos aquí en Oaxaca porque esos vicios de imposición de candidaturas al mejor postor, pertenecen al PRI de los 70 y no a los tiempos en los que el partido se debe abrir a candidaturas ciudadanas como la de la propia Xóchitl Gálvez.
¿Qué va a pasar con ustedes?, les pregunté y me confirmaron que con esas acciones del PRI a nivel nacional, “sin que nos pregunte a las y los oaxaqueños y sin que haya un consenso, van a motivar el voto diferenciado, por Xóchitl para la presidencia de la república, pero tachando los tres partidos políticos que la impulsan para que la representación proporcional le sume a la coalición y no a un partido político”.
¿Y en el caso del senado de la república?, ahí me explicaron que elegirán a la mejor opción, pero es casi un hecho que el PRI tenga un voto de castigo de su militancia por las imposiciones que hubo desde la selección de candidaturas uninominales y la designación de las plurinominales en donde la militancia no fue tomada en cuenta ni para pedir su opinión.
Las mujeres priistas me dijeron que la actual dirigencia del PRI Nacional, se parece mucho a Morena porque ahí se hace la voluntad de una sola persona, lo mismo que en Insurgentes. “Morena le aprendió todos los vicios a lo peor del PRI, pero desgraciadamente la dirigencia nacional actual, parece estar cortada con la misma tijera”.
“Imposiciones así, no pueden tener buen puerto, expusieron, por eso María del Carmen está impugnada y aunque se vaya a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), su condición de indígena no va a poder ser comprobada, ni con una prueba de ADN, ni ella, ni su hija que ya está mezclada con la sangre vallista de los Ángel Villarreal”.
Así, la candidatura al senado de la república por el PRI, está destinada al fracaso y por eso los priistas debemos pensar en un voto útil, uno que sume al rescate de México, que le sume al rescate de Oaxaca. Una opción que no obedezca a los compadrazgos, a las componendas, a las imposiciones porque las y los priistas ya estamos hartos de eso.
No caló bien entre las mujeres y en general entre la militancia, la designación de la hija de Carmelita Ricárdez Vela y Francisco Ángel Villarreal y no entiendo la complicación de la dirigencia nacional del PRI, si la Sala Xalapa resolvió que la suplencia de la primera fórmula, sí cumple con la acción afirmativa de ser indígena, por tanto Felicitas Hernández Montaño debiera ser la candidata natural al senado y como suplente incluso podría ser la hija del matrimonio Ángel-Ricárdez o alguna otra mujer u hombre con suficiente trayectoria política.
No augura nada bueno una imposición y me parece que aquí cabe invocar a la moral de las y los candidatos porque no se trata de una elección cualquiera, sino una en la que hay que rescatar a México de la ignominia y la perdición del status quo. México está en riesgo y por eso no estamos en tiempos de intereses personales, sino comunes.
Pero el pudor es algo que muchos candidatos y dirigentes no tienen o no entienden.