LA REGIÓN TRIQUI SIN LEY
Por: MARIO CASTELLANOS ALCÁZAR
La región trique se ha convertido en tierra sin ley en donde la vida vale un comino sin importar la solución de las demandas que se han convertido en violencia anacrónica por la disputa del poder, no solo de las organizaciones internas de las comunidades indígenas, sino del mismo gobierno y otros actores políticos.
Desde los gobernadores de Oaxaca: Pedro Vásquez Colmenares y Heladio Ramírez López, se le dio importancia a la solución de las demandas sociales, pero en ese entonces, el PRI, era el partido hegemónico, que por supuesto, se adueñó del control político de los indígenas y de las organizaciones de la región con el fin de manipular las acciones electorales para tener el poder y el manejo de los recursos.
Se trata de una lucha sin cuartel en la región más pobre de la entidad oaxaqueña y por consiguiente, rezagada históricamente, en donde las confrontaciones están a la orden del día, primero con la intromisión del PRI a través de la Confederación Nacional Campesina (CNC), el mismo gobierno, políticos y funcionarios que atizaban a los grupos para hacer escarnio de los indígenas indefensos.
En los años de la década de los 80, la violencia creció sin control alguno, los crímenes, asaltos, emboscadas, robos y violaciones fueron lo común. En el año 1981 nació el Movimiento Unificador de la Lucha Triqui (MULT) según para defender los intereses de los grupos indígenas de la región acosados por los grupos del poder (PRI).
Desde entonces ya se veían los desplazamientos de familias enteras de esa región a comunidades aledañas, incluso, a la capital del Estado y otras regiones, afectadas por la violencia y el despojo de sus pertenencias, cuyos acosos se dispararon en el año 2006 con la integración de una nueva organización denominada Movimiento Unificador de la Lucha Triqui Independiente (MULTI).
La lucha y la violencia por el control del poder, vanamente, porque no se trata de una región de grandes recursos y riquezas, sino más bien, se administra la pobreza. Es cuestión de orgullo, de egoísmo y egolatría, más que el control de los presupuestos y apoyos del gobierno, que, por supuesto, nunca han llegado a su destino; se quedan en manos de los intermediarios, por lo que la pobreza es bandera política.
Hay una tercera organización autodenominada Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT), que también campea en busca del poder y por supuesto, que cada organización tiene a sus padrinos políticos, que son los que mecen la cuna de la violencia.
Hasta hoy, de 10 años atrás, a la fecha, la lucha y la violencia se viene dando entre el MULT y el MULTI. Una guerra fratricida que ha dejado cientos de asesinatos entre hermanos indígenas, sin ningún control, ni aplicación de la justicia por parte del Gobierno Estatal de extracción priista.
Desde hace una década decenas de familias triquis que fueron desplazadas de su tierra de origen, de San Juan Copala, llegaron a la capital del Estado, huyendo de la violencia, luego de haber sido despojados de sus bienes, para buscar el apoyo del gobierno, pero ahí están, ocupando el corredor del palacio del Ejecutivo, que lo han convertido en una plaza de artesanías-
Los últimos desplazados fueron familias de Tierra Blanca, que llegaron a la capital oaxaqueña. La demanda es, que el gobierno les garantice la paz, seguridad, trabajo y estabilidad para regresar a su tierra de origen, pero no encontraron respuesta, por lo que, indígenas del MULTI, se trasladaron a la ciudad de México en donde permanecen plantados frente a Bellas Artes en espera de la intervención del Gobierno Federal, pero tampoco son tomados en cuenta.
Incluso, ya fueron desalojados y atrincherados en un albergue que no tiene las condiciones, ni los servicios necesarios para su desarrollo humano, en tanto, que la Jefa del Gobierno del Distrito Federal, Claudia Sheinbaun, responsabiliza al gobierno de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa de hacer caso omiso en la solución al problema de los desplazados.
Sin embargo, en Oaxaca, no hay voluntad, capacidad, ni principio de autoridad del gobierno estatal para que los indígenas regresen a su tierra de origen, sí el Secretario General del Gobierno del Estado, Francisco García López, brilla por su ausencia y falta de responsabilidad para resolver este asunto que pone en evidencia el vacío de autoridad en Oaxaca.
García López ha dejado crecer muchos problemas, que por la falta de solución a las demandas de los grupos vulnerables, se trasladan al Palacio Nacional para pedir el apoyo del gobierno de la Cuarta Transformación de México, la 4T.
