ARENA POLÍTICA

MÉXICO NO ES COLOMBIA

Por: Carlos CASTELLANOS ALCÁZAR

México no es Colombia para enfrentarse a las patadas con el gobierno estadounidense como lo hizo el régimen colombiano al negarse a recibir a sus connacionales- deportados del vecino país del norte en calidad de indocumentados- trasladados en aviones militares, no obstante- el presidente de Colombia, Gustavo Petro, le declaró la guerra- creyendo, tener el apoyo de los gobiernos latinoamericanos- situación deleznable y en consecuencia ya está la represión de la potencia estadounidense. 

El agravio a los deportados, influye- en los migrantes mexicanos, que también- corren la misma avería, así, como la amenaza del gobierno de EUA, de imponer el 25 por ciento a los aranceles a los productos mexicanos, exportados al vecino país el norte y la declaración de llamar terroristas a los cárteles del territorio nacional, tratando de intervenir con tropas militares en México, violando la no intervención.

México no es Colombia para que la presidenta Claudia Sheinbaun, caiga en las redadas y provocación del presidente Trump- y bien- lo ha manifestado, que actuará con la cabeza fría en defensa legítima del nacionalismo mexicano- en honor a la patria, la identidad, la soberanía y el respeto mutuo en las relaciones bilaterales, lo que sí, es un acierto, haber razonado a tiempo, pues también se veía procaz y dispuesta a enfrentarse al ogro americano.         

Petro actuó a ciegas sin la mínima razón- con las vísceras- más no con la cabeza fría- a tal grado que rompió con el nacionalismo, la identidad y las relaciones internacionales- haciendo de su país y de su gobierno un rotundo fracaso al romper con la diplomacia, la interacción y el respeto institucional- que abraza a las naciones- con el diálogo y la convergencia de las ideologías globalizadas, pero esto no se dio.

Todo se debe a la política racista del presidente de los EE. UU, Donald Trump, quien tomó posesión el pasado 20 de enero en un clima de efervescencia política y diferencias entre las doctrinas republicanas y demócratas- que se disputan el poder. 

No se trata de un gobierno humanista- sino más bien- de un imperio- que va por el poder y la invasión de territorios- haciendo eco a la deshumanización por encima de los derechos y decretos internacionales- la paz o la guerra.

Desde su campaña electoral, Trump- hizo énfasis a su política de odio y rencor en contra de los países latinoamericanos y continentes- exportadores de migrantes indocumentados- que pese-  a contribuir en la economía del país del norte con la mano de obra en los menesteres agrícolas y servicios adicionales, juró- que desde- el primer día de su mandato iniciaría las redadas, la persecución y la represión contra estos- y como consecuencia serían deportados a sus países de origen.

Esto causó preocupación, tensión y suspicacias en los gobiernos con fenómenos migratorios, principalmente a México, que también- tiene una población de cuando menos 12 millones de migrantes, que empiezan a llegar a  sus tierras de origen, lo que ha despertado la incertidumbre, pero no- la pérdida de la razón- como ocurrió con el gobierno de Colombia, ahora víctima- del yugo estadounidense, que por oponerse a la sin razón de Trump, este gobierno, le impuso aranceles en un 25 por ciento a los productos que Colombia exporta EUA.

No solo eso, también, canceló las visas al propio gobierno colombiano, sus colaboradores, equipos- a los políticos y a personajes- que ya no podrán entrar a territorio estadounidense- no obstante- que Colombia, queda marginado en la interacción de las economías, cuya situación empeoró- porque el presidente de este país, Gustavo Petro, respondió apresuradamente con la misma moneda y sin miramiento impuso un 50 por ciento a los aranceles a los productos colombianos que son exportados a EUA.

Desde luego, que bien- dice la presidenta de México, Claudia Sheimbaum Pardo-   quien en relación a las advertencias y amenazas del gobierno de Trump- no caerá en el juego de la provocación- y además, actuará con la cabeza fría e inteligencia para resolver los problemas y tratados comerciales, asimismo- el fenómeno de la deportación de migrantes, tratándose de los mexicanos- serán dignamente recibidos y atendidos en sus derechos, brindándoles trabajo, seguridad y servicios sociales-

Lo importante- que la presidenta Sheinbaum reconoció- que el gobierno mexicano tiene una deuda con su población migrante, que ahora- se le hará justicia conjuntamente con las cámaras empresariales e iniciativa privada- que se solidariza con la emergencia para crear 35 mil plazas de empleo seguro a los deportados- y con lo que respecta a la seguridad a los mismos, el gobierno mexicano- tomará sus providencias para la estabilidad de los paisanos ante la brutal violencia y el índice delictivo- que da miedo, con un promedio de 70 homicidios diarios conservadoramente.

Otros servicios como salud, educación, seguridad e integración social- no son una garantía ante la carencia de estos menesteres, que bien, no son garantizados a la población estable y de bajos recursos económicos. Quien- sabe cómo- se la vaya, hacer con la llegada de los deportados.

carloscastellanos52@hotmail.com

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