REALIDADES

Los “números” de la semana

Por: Erick García Barroso*

Han pasado 111 días desde el llamado a quedarnos en casa, en un anhelo de volver a la “normalidad” hemos bajado la guardia y al día de hoy las cosas se han complicado bastante, en el estado se ha reportado más de 7, 400 casos de contagios por COVID-19 de los cuales han dejado más de 700 defunciones y a nivel nacional se contabilizan más de 34 mil.

Los números son alarmantes y al haber sido declarado el semáforo en color naranja en el estado, la sociedad ha malentendido que es momento de salir, sin embargo, el semáforo ha cambiado como una necesidad para reactivar las actividades económicas, porque el saldo de esta pandemia además de la pérdida de vidas, ha sido la quiebra de muchos negocios, emprendimientos detenidos, personas desempleadas y muchos otros comercios están llegando su límite ante muchos esfuerzos por no formar parte de las estadísticas de aquellos que no lo pudieron lograr.

A diario aumentan los números de enfermos y defunciones, pero nos estamos olvidando de una parte muy importante, la historia detrás de cada uno de esos números, lamentablemente como sociedad nos hemos vuelto insensibles a lo que implica perder un empleo, una familia, una vida.

Esta semana fueron tendencia varios hilos en redes sociales donde se relataba el significado real detrás de cada una de las vidas perdidas; lo que significa perder una amiga, un amigo, una madre o un padre, el sufrimiento de las personas que quedaron atrás y que hoy se vuelven estadísticas, y que nos hacen reflexionar que hoy y siempre las personas no debemos ser solo estadísticas.

Hay más de 34 mil historias de dolor en México, que ha dejado el coronavirus, más las miles que hoy están luchando con la incertidumbre de no saber si podrán volver a abrazar a sus familias, comer su comida favorita, celebrar un cumpleaños, caminar por el parque o respirar aire que no sea artificial. Las autoridades han manejado los casos como números, simple gráficas o estadísticas, restándole importancia del impacto que conlleva la pérdida de una vida y más aun de miles de vidas.

La población no ha logrado entender la gravedad de lo que ocurre, esto provoca restarle la importancia al tema y sus consecuencias, muchas veces se piensa que los casos son aislados y que no les va a pasar o, aunque en su círculo cercano existan casos, todavía se consideran como situaciones mínimas.

Por otra parte, nos estamos olvidando del hecho que, de esas 34 mil historias, existen 385 casos de personal médico que en la lucha por combatir la pandemia han perdido la vida. No les estamos reconociendo el valor y heroísmo de haber enfrentado de primer impacto esta enfermedad, que al igual que todos los que han perdido esa lucha, están dejando atrás a familias que ahora están incompletas.

Lo duro de la situación es saber que, de acuerdo con lo dicho por parte de la Enlace Federal para la atención del coronavirus en Oaxaca, quien reconoció que hay suficientes camas para atender la pandemia, sin embargo, lo que se necesita en Oaxaca, es personal médico.

Por muchos sexenios en México, los casos de muertes, desapariciones, robos etc. Han sido solo números que se vuelven promedios minimizando la realidad de la problemática que aqueja a los mexicanos al visibilizar ante la opinión pública solo datos, no personas, no familias. Pero esas no son todas las historias que se han dejado de contar, según números del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en solo los primeros 9 días del mes de julio hay un promedio de 80.9 muertes por homicidio doloso al día, lo que significa que 80 personas salieron de casa y no volvieron.

Como sociedad nos hemos perdido en números y cifras, solo sumamos y sumamos, no tenemos empatía y pensamos que eso no nos puede pasar a nosotros, pero si puede pasar, más allá de entender porque el aumento de la violencia, debemos entender que, ante esa falta de empatía y sensibilización ante esta problemática y el valor de una vida, se nos hace fácil poder arrebatar la de alguien más.

El tema de la violencia no es exclusivo, factores como el machismo agravan esta situación, donde por años el hombre se ha creído propietario de las mujeres y esto ha ocasionado el incremento de uno de los crímenes más atroces, el feminicidio. De enero a mayo de este año se han reportado 375 femicidios en México, es decir más de 2 mujeres al día pierden la vida de forma violenta a manos de un hombre, lo que quiere decir que 375 mujeres no podrán continuar con sus metas, sueños, con su vida, se traduce también en madres que no volvieron a ver a su hija, en niñas y niños que no volvieron a besar a su mamá, el dolor que quedó en su familia; la vida perdida era de una persona que era una pieza fundamental en su círculo y que ahora está incompleto.

Pero ese sigue y seguirá siendo el problema, nos han bombardeado tanto de números y estadísticas que no estamos dimensionando que se están perdiendo piezas fundamentales en la sociedad, ya sea por la pandemia o la violencia, ambas desbordas, no estamos poniendo de nuestra parte para dejar de ver números y empezar a ver pérdidas humanas a entender las historias y entender que las personas son importantes y que no estamos exigiendo justicia por cada de una las vidas que se pierden.

Como sociedad debemos entender que perder una vida, no es un número más a la gráfica, no es una nota más en el periódico es un montón de historias lastimadas y que nunca sanarán, zona ausencias que no se repondrán, sueños y esperanzas de familias rotas por una perdida; recordemos lo que cada uno significa en el entorno en familiar, laboral y de la sociedad y entendamos que somos personas, no somos números.

Y aquí lo dejamos por hoy.

*Consultor en comunicación y marketing.

 

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