VERGÜENZA
Por: Francisco Alejandro LEYVA AGUILAR
Sin huracán Otis, sin imponderables que lastimen a la ciudadanía, sin terremotos, pero con sismos sociales presencia del crimen organizado y una indolencia monumental, el gobierno de Salomón Jara, es uno de los peores evaluados del país, por debajo incluso de la impresentable Evelyn Salgado Pineda, gobernadora de Guerrero y es ya es decir mucho.
En el ranking 45 de gobernadores por su desempeño, diciembre de 2023 de CE Research de consulta Mitofsky Salomón Jara aparece con un 47.6 por ciento de aprobación, a solo 4 décimas de la también morenista Evelyn Salgado de Guerrero que sufrió los embates de un huracán devastador de 5 grados en la escala de Saffir-Simpson.
Aquí en Oaxaca no hubo huracán, ni terremoto, ni lluvias atípicas, pero sí una indolencia gubernamental que ha ensangrentado al estado y que lo tiene en la posición 6 de estados con mayor número de feminicidios. Solamente la semana pasada hubo 20 asesinatos por diversas causas, entre ellas la ineptitud del gobierno por mediar en los cientos de conflictos agrarios y limítrofes que tiene Oaxaca.
No obstante y en la boca del hirsuto Secretario de Gobierno Jesús Romero, no solo son los conflictos agrarios los que dejan muertos, sino también ha reconocido en sus conferencias justificadores, tráfico de armas, tala clandestina de madera y narcotráfico, entre otras chuladas permitidas por el gobierno.
Muy lejos de Mauricio Vila, gobernador de Yucatán que mes con mes durante 2023 fue el Gobernador mejor evaluado del país, Jara Cruz tiene una calificación reprobatoria en su desempeño como mandatario estatal y es justificable, puesto que la mayoría de los oaxaqueños, no votamos por él; es decir, si es gobernador, fue por un abstencionismo mayor al 60 por ciento del padrón electoral de Oaxaca.
Pero además la gestión de Jara Cruz se ha caracterizado en este año por alentar los índices de violencia en todo el territorio estatal y por la cada vez más notoria presencia del crimen organizado en el territorio donde, pareciera, hay una permisibilidad complaciente de las autoridades que deberían resguardar el orden social.
La Fiscalía de Justicia del Estado de Oaxaca (FJEO), tiene cerros y cerros de expedientes sin resolver, porque si algo ha prevalecido en el estado en este primer año del sexenio del serrano, es la impunidad, no solo en el castigo de los delitos, sino también de las omisiones del gobierno, la ineptitud criminal, el nepotismo desbordado y la discreción en el uso de recursos públicos para favorecer prebendas políticas.
Los ciudadanos dan cuenta de toda esta desorganización del gobierno de Salomón Jara y por eso lo evalúan con una calificación reprobatoria, pero además con la exigencia de que las cosas mejoren porque vivir en Oaxaca se ha vuelto casi insoportable por las manifestaciones diarias, los asesinatos diarios y la inseguridad galopante.
Si Mauricio Vila, el panista Gobernador de Yucatán es el primer lugar, es porque su estado ha sido el mejor evaluado en materia de seguridad, ahí si se aplica la ley, ahí sí puede uno caminar tranquilo por sus blancas calles, ahí el ciudadano se siente seguro, pero en Oaxaca la cosa no es igual, aquí hasta por bajarte de un camión del servicio público, corres el riesgo de morir atropellado porque no hay supervisión de las autoridades, ni mucho menos cumplimiento de la ley.
Seguro el dueño de la concesión que el lunes mató a un ciudadano de Xoxocotlán, seguirá vigente con un potencial asesino al volante.
Oaxaca se está convirtiendo en tierra de nadie y en vez de diseñar una estrategia efectiva y eficiente para resolver los problemas, el “gobernador”, así en minúsculas y entre comillas Salomón Jara, se la pasa mandando unas lastimosas fotos de cómo intenta hacer ejercicio o presumiendo sus enfrijoladas tripas cuando come en unas de las tantas fondas a donde acostumbra ir a almorzar cuando viaja a su casa en la Sierra.
¡Pobre Oaxaca me cae, aunque el dicho reza que cada pueblo tiene el gobierno que se merece!, ¿qué pecado cometimos?