CRECE INSEGURIDAD Y VIOLENCIA ENTRE TRAICIONES Y VENGANZAS EN LA POLICÍA
Por: Alfredo MARTÍNEZ DE AGUILAR/Revista MUJERES
- La desmedida ambición sin llenadera por el dinero fácil rompió los códigos de honor de la delincuencia común y organizada. Traiciones y venganzas victimizan a la familia, mujeres y niños.
- La deslealtad y las vendettas han sentado carta de naturalización entre los mandos y elementos de las fuerzas armadas y las diversas corporaciones policíacas, federales, estatales y municipales.
Convertida la corrupción en la madre de todos los males sociales y políticos, cuenta a su favor con amplísimas redes de complicidad, que permean transversalmente todo en México y Oaxaca.
La desmedida ambición sin llenadera por el dinero fácil rompió los códigos de honor de la delincuencia común y organizada. Traiciones y venganzas victimizan a la familia, mujeres y niños.
La deslealtad y las vendettas han sentado carta de naturalización entre los mandos y elementos de las fuerzas armadas y las diversas corporaciones policíacas federales, estatales y municipales.
El espíritu y la moral de cuerpo que caracterizaba a los jefes y elementos de las fuerzas armadas y de las corporaciones policíacas quedó atrás y, lamentablemente, es principio y valor del pasado.
El abandono y desuso del honor y la lealtad ha hecho sumamente vulnerables a los militares y marinos garantes de la soberanía nacional y a los guardianes del orden ante la delincuencia.
Este inexorable proceso de creciente descomposición se agrava al desvirtuar la misión de los mandos y personal de las fuerzas armadas del Ejército, Marina Armada y Fuerza Aérea mexicanos.
La escandalosa corrupción de los brazos armados de la ley y el orden profundizaron la pudrición del egoísmo y celo profesional que mantenía en permanente pugna a jefes y elementos de estos.
Esa situación preocupante explica el grave atentado contra el comandante de la Policía Estatal, Federico Pedro P. R., responsable de la Caja de Ahorro de los elementos de la Policía Estatal.
Las circunstancias de tiempo, modo y lugar del delito hacen presumir de manera fundada que “pusieron” al mando policíaco para robarle presuntamente 600 mil pesos y atacarlo a balazos.
De confirmarse esta línea de investigación se pondría de manifiesto que el comandante de la Policía Estatal, Federico Pedro P. R., además del asalto, fue víctima de una traición y venganza.
No deja de llamar la atención el exceso de confianza del presunto responsable de la Caja de Ahorro de los elementos de la Policía Estatal, al acudir a retirar dinero solo sin protección.
Al mismo tiempo, el “modus operandi” es típico de la delincuencia organizada en motocicleta y en pareja, además que el balazo en la cabeza del mando policíaco revela del deseo de ejecutarlo.
Para identificar a los probables responsables, el personal de la Agencia Estatal de Investigaciones, AEI, tiene las imágenes de las cámaras de videovigilancia de las diversas empresas de la zona.