SE LE VA EL PODER DE LAS MANOS
Por: Carlos CASTELLANOS ALCÁZAR

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A la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo se le va el poder de las manos, se le escurre entre los dedos- se le pulveriza, se le hace aguas por el hecho de seguir a pie juntillas la fallida política de su antecesor que le heredó la banda presidencial.
A la vez- porque carece de principios diplomáticos y valores políticos para fincar su propio modelo de gobierno fundado en la conciliación, la paz, la estabilidad y el respeto a las instituciones- así como de los mandatos constitucionales, preceptos violados por sus antecesores.
Se esperaba de la Ejecutiva una nueva narrativa con un lenguaje de su propia personalidad en su calidad de una mujer científica y conocimiento de las ciencias y relaciones humanas, que cambiaría el discurso de odio de su antecesor para reconciliar los polos de desavenencia social y política, que redundan en un desierto de incertidumbre y nula visibilidad de futuro.
En este sentido estamos peor, ante los desacatos a la ley- que la jefa de la nación conspira para imponer sus agravios en un nuevo artificio de justicia que no va con los sentimientos del país, pues sería un retroceso histórico en contra de las libertades, la democracia, la soberanía y la identidad nacional de un México, que había estado sujeto a la vida constitucional y de respeto a sus libertadores.
Se tiene la impresión de que la mandataria está en desacato de la Constitución y del Estado de Derecho al ignorar las decenas de amparos emitidos por jueces que desde un principio le ordenaron en apego a sus facultades la suspensión de la Reforma Judicial por institucional, abuso de poder y por la propia violación de la autonomía del órgano de justicia.
La situación se agravó con el requerimiento de la jueza de distrito del Estado de Veracruz, Nancy Juárez Salas para que en 24 horas la gobernante bajara el decreto de la Reforma Judicial de su registro en el periódico oficial en razón que si no lo hacía cometería el delito de desacato y en consecuencia daría aviso al Ministerio Público Federal, la pena sería hasta 7 años de prisión.
Ya se hizo un despapaye político entre el Poder Ejecutivo y el Judicial agravado por las injurias de la jefa del Palacio Nacional, quien ya dijo que le vale- y por supuesto- la referida reforma va porque va- por tanto, no la bajara del Periódico Oficial de la federación y en contrapeso interpondrá a través de su jefatura jurídica una demanda penal en contra de la jueza .
Ya se volvió un aquelarre de baja reputación, pues, no es viable que la presidenta caiga en el desacato del Estado de Derecho y en una ola de insidias en contra de la jueza, cuando debiera seguir los procedimientos jurídicos legales a través de una controversia a la que tiene derecho- por lo que sale perdiendo al caer en un alegato que le resta poder y por supuesto, que da la imagen de un México sin ley.