ARENA POLÍTICA

SIN JUSTICIA

Por: Carlos CASTELLANOS ALCÁZAR

El hecho esta consumado. No hay vuelta de hoja, a partir de que el Senado aprobó hace unas horas la “supremacía constitucional” por mayoría calificada, el Ejecutivo queda blindado y puede hacer y deshacer de la Constitución, que prohíbe al Poder Judicial aplicar el Estado de Derecho contra los abusos, corrupción e impunidad del presidencialismo y por supuesto entramos en una nueva etapa de descomposición social y desacato a los mandatos judiciales.

Como ya se advertía los senadores de MORENA, coaligados con los PVEM y el PT, una vez más, dieron el clásico madrúguete aprovechando que son mayoría calificada para aprobar la mutilación del Poder Judicial, que a partir de esta fecha ya no tiene facultades en la defensa de los derechos ciudadanos, pues todo el poder lo tiene el Legislativo que puede reformar las leyes a modo del gobierno de la Cuarta Transformación, la 4T, aun en contra de los agraviados por las injusticias.

En una sesión senatorial por demás viciada y con flujos de violencia se impuso el mayoriteo de la fracción parlamentaria oficial- que apunto estuvo de estallar en una confrontación física cuerpo a cuerpo- no obstante, que los discursos estuvieron cargados de odio y venganza en contra del desacato a la ley por la presidenta Sheinbaum y asimismo en pro y en contra de la Reforma Judicial tan cuestionada por inconstitucional.

El coordinador de la fracción de MORENA, Adán Augusto López Hernández, quien días antes presentó el proyecto de decreto de la supremacía constitucional encaró a la oposición, que en todo momento rechazó la iniciativa que le quita el derecho al Poder Judicial por ser un contrapeso del Poder Ejecutivo, que incurre en actos de corrupción y viola la Constitución a modo de un gobierno autoritario

La reforma de la supremacía instituye la tiranía de un gobierno totalitario que abrogó el derecho de amparo, las controversias de los entes políticos, grupos, organizaciones y de la ciudadanía que denuncia la ilegalidad, abuso de poder y la inconstitucionalidad de los decretos emitidos por el régimen del gobierno coludido con los diputados y senadores, que legislan al vapor y sin fundamentos con la prisa de cumplir con las consignas de la jefa de la nación.

“La supremacía constitucional” fue para tapar a la huésped del Palacio Nacional, que había sido denunciada de desacato a la ley por la jueza de distrito del Estado de Veracruz, Nancy Juárez Salas, quien en un amparo ordenó a la presidenta que borrara del Diario Oficial de la Federación la publicación de la Reforma Judicial por irregularidades e inconsistencias a lo que se negó la mandataria por lo que sería denunciada ante el ministerio federal, cuya pena sería de siete años de prisión.

Con la reforma constitucional, la Reforma Judicial va porque va a capricho oficial pese a decenas de amparos dictados por jueces en cumplimiento de la ley por inconstitucional y violación de la autonomía del órgano de justicia, así mismo queda sin efecto el desacato a la ley cometido por la Ejecutiva.

A todas luces los procesos legislativos están amafiados con el Ejecutivo en una dupla que rompe con la sintonía de la división de los Poderes del Estado con la finalidad de desaparecer al Poder Judicial, pues ya no habrá justicia y el gobierno de la 4T será el amo y señor es decir juez y parte.

Se pierde el equilibrio de los mandos al dejar a los juzgadores sin facultades de sancionar la corrupción del gobierno, pues, las iniciativas, decretos y reformas serán absolutas, pues bastará que el Poder Legislativo las apruebe sin  ser sancionadas por la Suprema Corte de Justicia, que se convertirá en un instrumento oficial, a que los jueces, ministros y magistrados serán electos por tómbolas impuestos a capricho por  MORENA y la anuencia del Palacio Nacional-

El Senador del Partido Acción Nacional, Marco Cortés, hizo legítima defensa en favor de Poder Judicial, desde luego en contra de la supremacía constitucional que destartala la estructura autónoma de la justicia por considerar que es un agandalle del oficialismo y del Congreso de la Unión en contubernio con el Ejecutivo Federal, pues entramos en un proceso de corrupción que da fin al sistema democrático y a las libertades.

Es un hecho histórico regresivo, “palo dado ni dios lo quita”, la Reforma Judicial ya está a fuerza de represión y el desacato institucional, que por dicha acción los derechos quedan en el desamparo bajo el régimen autoritario, que no admite contrapesos, de ahí, la desaparición de los órganos autónomos que tenían como función aplicar la ley en caso de actos bochornosos que quedan en la impunidad, por lo que es inminente un régimen impositivo.

carloscastellanos52@hotmail.com

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