DE MEZCAL Y OTROS BEMOLES

TRADICIÓN MEZCALERA
MAESTRAS HORTENSIA Y LIDIA HERNÁNDEZ

Por: Dra. Blanca Esther SALVADOR MARTÍNEZ

En esta segunda semana del mes de mayo, el viernes 10, se celebra el día de las madres, motivo por el cual se dedica esta semana a las maestras mezcaleras que también son madres.

Una felicitación a todas las mamás y en especial, a la primera lectora de quien escribe estas líneas, quien sin ser mezcalera es inspiración de una marca de mezcal.

Hace algunos años debido a un trámite en la Ciudad de México, la que escribe tuvo la oportunidad de realizar un viaje relámpago con un par de mujeres mezcaleras originarias de Santiago Matatlán.

La espera de varias horas en el aeropuerto permitió que hoy sea posible escribir estas líneas sobre la gran experiencia de la maestra mezcalera Hortensia Hernández Martínez, madre de Lidia Hernández Hernández.

Ambas hoy dirigen su fábrica de mezcal, a partir de la partida de un gran maestro mezcalero como lo fue el Señor Juan Hernández, quien en vida fuera esposo de Hortensia y padre de Lidia.

La vida para esta familia no fue sencilla, Hortensia y su esposo fueron pioneros en llevar el mezcal a otros lugares de Oaxaca y del país, en esos años en los que aún no se contaba con denominación de origen.

De igual forma, fueron de los primeros en obtener su denominación de origen y un número de cliente ante el organismo certificador.

Hortensia ha sido una mujer que aprendió el oficio de su esposo, con el que trabajó hombro a hombro en la destilación y venta del mezcal fabricado por ellos.

En su plática ella refiere que llegaron a diversos lugares vendiendo ajos, cebollas y mezcal los días de tianguis; en ocasiones ella vendía en el tianguis en tanto su esposo entregaba los pedidos de mezcal.

En otras ocasiones ambos recorrían caminos inhóspitos buscando compradores de mezcal a granel.

Con la implementación de la denominación de origen, ellos visualizaron la necesidad de certificar sus instalaciones y procesos para poder competir.

Hortensia ha sido una mujer que además de trabajar en la destilación de mezcal y auxiliar en todo momento a su esposo en la producción y venta, también colaboraba en el gasto familiar con la venta de comida en un comedor a la orilla de la carretera.

La vida de una mujer mezcalera no es sencilla, el claro ejemplo es Hortensia, quien a la par de ser destiladora, cocinera y vendedora, también fue madre de varios hijos, entre ellos Lidia.

Lidia, hoy da continuidad al trabajo de sus padres y colabora con su madre Hortensia en la producción y venta de mezcal.

El esfuerzo de sus padres permitió a Lidia estudiar en la Universidad y convertirse en abogada, estudios que le han favorecido en la conducción de la empresa familiar.

Lidia además de ser abogada, es magueyera, destiladora y comercializadora de mezcal.

Hoy por hoy, además de contar con un palenque, cuentan con una marca registrada, con un punto de venta de su marca.

Hortensia, es una mujer que conoce no sólo sobre la producción del mezcal, sino de la evolución y del comportamiento del mercado del mezcal, desde los años previos a la existencia de la denominación de origen.

Este conocimiento le da a Hortensia amplia experiencia como vendedora, ya que ella ha vendido mezcal desde los pequeños pueblitos de Oaxaca hasta uno de los mercados internacionales mas importantes en el mezcal.

Por su parte, Lidia además de productora es una joven empresaria, que se ha forjado con trabajo, dedicación y estudio, sin involucrarse en los actuales grupos de reflectores femeninos del mezcal.

La importancia del trabajo de ambas mujeres es digno de admiración y reconocimiento, dado que el trabajo de mujeres como ellas es lo que ha de enorgullecer a la industria del mezcal.

La maternidad lejos de frenar a Hortensia en el desarrollo y superación, le dio más fuerza para trabajar sin descanso al lado de su difunto esposo, para darles a sus hijos lo mejor de ellos.

Hortensia en su papel de esposa de un magueyero y maestro mezcalero, se convirtió en magueyera y maestra mezcalera, comercializadora y hoy también incursiona en la exportación de mezcal.

Visto desde el ángulo económico, el trabajo de Hortensia y Lidia repercute incluso en la balanza comercial mexicana.

Desde el ángulo feminista se hablaría del empoderamiento de la mujer; pero desde el ángulo sociológico, madre e hija son el reflejo de los usos y costumbres de la comunidad y de la época. Pero también son portadoras de una gran visión.

Ambas hablan zapoteco, son mujeres indígenas que lejos de considerarse vulnerables, han contado con una cosmovisión bicultural, en la cual fusionan las tradiciones con las exigencias del mercado.

Han dignificado su oficio y mejorado sus procesos, con el fin de seguir creciendo, satisfacer las demandas del mercado y poder competir.

La visión empresarial de ambas desde sus contextos las ha llevado, junto con su trabajo a ser mujeres ejemplares en la industria del mezcal.

Por un lado, Hortensia no requirió estudios universitarios, fue la observación, prueba y error lo que le llevaron a adquirir la experiencia, y sus deseos de superación la llevaron a crear su empresa familiar.

Por su parte Lidia llevó al ámbito del mezcal sus estudios jurídicos para mejorar la empresa familiar, lo que conjugó con la tradición mezcalera aprendida de sus padres.

Pero no sólo eso, ha sido el amor y pasión al mezcal lo que día a día las impulsa a seguir sembrando maguey, produciendo mezcal y vendiendo el mezcal que fabrican.

Con anuencia de ambas se publican estás fotografías compartidas por ellas, y se les envía un cordial saludo hasta su fábrica de mezcal ubicada en Carretera Internacional KM 49.5, 70440 Santiago Matatlán, en donde pueden probar el mezcal que ambas producen.

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